Mantarys

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La intención de ir a la cuidad no era algo que le fascinara, la soledad del viaje hacia que las distancias se hicieran más largas y lentas, el tiempo era muy lento cuando no tenía el ruido de sus hermanos.

Su caballo estaba cansado de el largo camino sin descanso pero la verdad era que no quería descansar, esperaba poder dormir en algún lugar Mantarys para dirigirse a Volantis a cobrar las recompensas que sus hermanos habían conseguido con sus encargos. No podría dejar eso para después, necesitaban el dinero para vivir, comúnmente era uno de sus mayores quienes se encargaban de eso pero uno de los dragones salvajes estaba volando hasta Elyria robando el ganado de los pueblerinos más alejados de la capital.

Ellos tenían ganados para mercadear y alimentar a las bestias, los salvajes comúnmente se guardaban en los volcanes sobre las ruinas de Tyria y Valyria, y los dragones amaestrados que cuidaban estaban con ellos en las ruinas de Oros.

Su familia fue vasalla de una de las cuarenta familias primordiales del Feudo Franco de Valyria, encargados de todas las necesidades y relaciones, su maestro les había explicado que realmente su familia no tenía conocimiento con los dragones pero después de la maldición les toco encargarse de esas costumbres. Generación tras generación fueron aprendiendo el cuidado y domesticación de los dragones por llamarlo de alguna manera.

Una de las razones por la cual los dragones volvieron a las catorce flamas fue casualidad, su maestro les conto que sus abuelos en una venta clandestina de Ghis estaban unas rocas escamosas, el dueño del puesto les comento que habían sido robados una noche de Rocadragón de un nido abandonado, los huevos nunca llegaron a eclosionar y fueron abandonados por el mismo dragón.

El sinceramente ponía en duda la veracidad de eso, dudaba que los Targaryen y los guardianes no celaran con fervor los huevos, eran potenciales amenazas de no ser vigiladas correctamente, él lo sabía a mano propia al tener que estar siguiendo durante semanas al dragón Centella, nombrado así por lo rápida y curiosa que era, todo el tiempo desapareciendo afortunadamente dentro de los límites de Valyria, aún pequeña pero inteligente para no cruzarse con Pedregal o Escamacarmín, dos de los tres dragones salvajes que sobre volaban por el territorio maldito.

Tan ensimismado iba que no noto el ruido aumentando hasta que casi choca con la carreta de un comerciante que le grito por ir como idiota, avergonzado aumento su galopeo para huir dentro de los límites de Mantarys, nada más entrar encontrando los famosos puestos de esclavitud, de todo tipo sin una consideración por los menores. Siendo inevitable recordar la ocasión en la que su hermano Jacaerys peleo a golpes con unos criminales que intentaban robárselo al verlo solo por la calle del deseo, fue a dar por accidente ahí ya que había perdido de vista a sus hermanos. Agradecido por la proactividad de su hermano Lucerys y su excelente vista y olfato encontrándolo ya amarrado y siendo jalado a una casa del placer, Jacaerys entro en furia y gracias a su destreza en combate cuerpo a cuerpo resolvió el problema rápido. También agregar que gracias a ese suceso conocieron a una señora importante de Mantarys, una maestra de esclavos sexuales que les ofreció trabajo al ver la habilidad del mayor.

Y era a donde fue a dar, bajo del caballo amarrando su correa cerca del agua y forraje para que el animal descansará, checando que llevara su daga y dinero se retiró buscando un lugar para comer algo decente, camino lejos de la casa del placer mirando con atención los transeúntes que buscaban algo interesante que hacer; eso era un esclavo, él se rehusaba en pensar en eso, después de ser casi víctima de eso su mente alejaba cualquier indicio de idea o criterio, no sabía si era por defensa o cobardía, de lo que estaba seguro era de sentir mucha pena por esos seres desdichados de por vida, agradecido de tener a sus hermanos.

La taberna estaba cerca de la bahía, era el único cuerpo de agua que tenía Mantarys, un pequeño cuerpo de agua que realmente no era funcional, su agua estaba revuelta por zonas y los animales tenían que ser revisados con detenimiento ya que algunos estaban envenenados por los químicos de los volcanes, Mantarys fue una de las pocas zonas que la maldición no alcanzo a destruir pero con el futuro por venir después de destruir su capital y pueblos hermanos hubiera sido más bienvenida la extinción, fue complicado comenzar a vivir y mantenerse por ellos mismos, apoyándose de Elyria y Tolos, y la bahía de esclavos. Mantarys fue bendecido por las carreteras valyrias al ser un punto obligatorio entre Volantis y Meereen, eso creaba una afluencia de comerciantes, artesano, políticos y sangre noble como visitantes.

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⏰ Última actualización: Aug 08 ⏰

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