17- Lazos dañados

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Tanto los guardias como civiles en el lugar estaban bastante confusos, de un momento a otro había llegado un demonio con dos personas secuestradas, ese demonio se convirtió en un humano hermoso y le había hablado a Erick sobre esas personas.

Había algunos murmullos, mientras Damián y Amelia salían del saco, Amelia, tenía una expresión de genuina preocupación hacia Erick.

—Me alegro tanto, es horrible recordar cuando estabas tirado en las flores, lleno de sangre.

Las lágrimas de Amelia no dejaban de caer, pero Erick lejos de sentirse feliz, estaba hecho un lío. La rabia dentro de él comenzaba a notarse en su cuerpo, apretó los dientes y sus puños, mientras se enrojecía de ira y se le notaban las venas hinchadas debido a eso.

Amelia vaciló, la ira de Erick era tan grande, que incluso no controló su maná, el cuál estaba siendo levemente expulsado en contra de su voluntad, haciendo que el ambiente se sintiera presionado.

—¿Quiénes son ellos?

Preguntó Lewis mientras se cruzaba de brazos y observaba a su dirección.

—Son los que se metieron con nuestro nuevo compañero, ellos lo dejaron en el estado en el que lo encontramos.

Mencionó Eli sin darle importancia al actual estado de ánimo.

—¿Qué ocurre Erick? ¿Por qué reaccionas así con tu prometida?

Preguntó Damián algo asustado, era la primera vez que veía a Erick con tanta rabia.

—¡¿De verdad lo preguntas?!

Rugió, mientras sus ojos dorados ardían en furia.

—¡¿De verdad tienen el maldito descaro de preguntar?!

Debido al descontrol de maná, el viento comenzó a ponerse violento a su alrededor, lo que le hacía tener una apariencia aún más intimidante.

Mientras preguntaba eso, un montón de imágenes pasadas pasaban por su mente, cuando ingenuamente pensó que tenía una gran relación con ellos dos. Pero la que le hacía arder en ira, era cuando ambos hablaron tan mal de él, riéndose con superioridad mientras se burlaban de su cadáver.

—¡Ustedes son dos malditas escorias! ¡Me asesinaron! ¡¿Y ahora hacen como si nada hubiera pasado?!

—¡Erick! ¡¿Estás bien?! ¡Eso no fue...!

Damián no alcanzó a terminar su frase, cuando Erick había dado un salto hacia él y con toda su fuerza, de dio un golpe en la cara hacia abajo, haciendo que perdiera unas cuantas muelas y tuviera una fractura en la mandíbula, la fuerza del golpe fue tal, que además de eso, el cuerpo de Damián rebotó en el piso.

El golpe lo había dejado tan conmocionado, que no pudo decir nada. Erick no estuvo conforme con eso, se subió sobre él y comenzó a darle puñetazos en la cara una y otra vez.

—¡No fui yo quién fue voluntariamente a esa casa! ¡Fuiste tú quién me arrastró a eso!

Cada golpe, era un recuerdo del pasado en el que Damián era amable con él, de una forma falsa.

El rostro y los puños de Erick, cada vez se manchaban más de sangre.

—¡Confié en ti!

—¡Espera Erick! ¡Vas a matarlo!

Después de estar conmocionados, algunos de sus compañeros se metieron para separar a Erick de Damián. Damián estaba casi inconsciente en el suelo, su rostro había sido completamente deformado y estaba empapado en sangre.

Erick era un mago, por lo que su fuerza física no era superior a la de sus compañeros que le acompañaron en los tres años en que lucharon sin parar contra las grietas, por lo que, aunque quería matar a Damián, no quería dañarlos a ellos.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora