(capítulo 1)

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𝑬𝒍 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒋𝒐𝒔

Dakini sentía una presión fuerte en su garganta como si alguien estuviera intentando ahogarla, despertó sobresaltada sintiendo la sensación de aquellas frías manos sobre su cuello.

-parálisis del sueño- murmuró ya era la quinta vez está semana en la que aquellas parálisis no la dejaban dormir en paz, miro el reloj y eran las cuatro AM. a las ocho debía ir a la cafetería.

Intento seguir descansando, sabía que está vez iba a costar más porque cada vez que tenía parálisis del sueño era difícil descansar bien.

Cuando sonó la alarma dakini se levantó aún cansada, cepillo sus dientes, lavo su cara y también peino su desenredado cabello blanco, ¿por qué teñirse de blanco?, ese color le gustaba mucho, resaltaba con el color de sus ojos.

Comenzó a maquillarse lo más rápido que pudo, no tanto, algo leve.

Y corrió a tomar el bus, mientras lo esperaba conecto sus auriculares y empezó a escuchar música, algo variado para distraer su mente, cuando al fin llegó el bus, subió y ni un asiento disponible, suspiró

-clásico- murmuró para luego rodar los ojos, al llegar a la cafetería fue regañada por llegar tarde aún que dakini estaba segura de que había llegado a un horario correcto, pero ni tiempo le dio de ver el reloj que tuvo que comenzar a trabajar, se puso su uniforme y empezó a atender a los clientes.

Por supuesto que era mesera de la cafetería, la mañana parecía normal como cualquier otra, había pocos clientes está vez.

Cuando un cliente grosero derrepente comenzó a quejarse.

-¡hey!, mesera- llamó de mala manera.

Dakini suspiró, pero se obligó a poner esa sonrisa lo mejor fingida se acercó a la mesa.

-sí que se le ofrece- pregunto la mencionada amablemente.

-Este maldito café de mierda está frío- hablo el hombre de unos cincuenta y tantos, demasiado grande para ser grosero.

Aún que claro para ese tipo de actitudes no había edad.

-le ofrezco una disculpa dejem...- el hombre no dejo terminar de hablar a la mesera de cabellos blancos y le boto el café sobre la ropa, dakini abrió los ojos de manera exagerada y quedó sorprendida, no se esperaba eso en absoluto.

-no voy a pagar nada tu café de mierda.-

Claramente él no sabía que no era culpa de ella que el café estuviera frío, o lo sabía y le importaba poco y nada.

Con un nudo en la garganta dakini se tragó sus palabras, de igual manera el hombre ya se había marchado, los pocos clientes que estaban allí se quedaron observando.

-maldita sea- susurró.

Pero sintió una mirada aún más intensa que las demás, cuando giro su cabeza en una esquina vio a un chico que la miraba de manera seria y muy intensa, derrepente este le dio una mini sonrisa, dakini sintió un escalofrío y nervios.

A lo lejos no podía distinguirlo bien, pero se veía joven, ¿quizá diecinueve, veinte años?, conecto la mirada y sin saber por qué no pudo apartarla y casi instantáneamente devolvió la sonrisa.

Salió del trance cuando otro mesero se acercó a preguntarle si estaba bien y a decirle que se cambiara el uniforme rápidamente y siguiera atendiendo, eso hizo.

Cuando termino de cambiarse y suspiró, al salir busco con la mirada al chico que había llamado su atención, pero ya no estaba allí lo cual le pareció extraño porque se había ido muy rápido, de todos modos seguramente tenía cosas que hacer.

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⏰ Última actualización: Aug 08 ⏰

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