prologo.

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Amalia estaba sentada sobre las piernas de su prima Triana, ambas tenian 14 años, ambas de ojos azules y bonitas. Triana de pelo castaño y melenita, mientras que Amalia su cabello rubio oscuro la llegaba por la cintura. Solia llevarlo recogido en una cola alta, o suelto salvaje. Ambas eran hijas unicas, y en su infancia habian estado muy unidas. Vivian en un barrio humilde de Madrid.
Estaban nerviosas riendose por cualquier tonteria.
-" mama, me va a comprar los zapatos de tacon, los amarillos- anuncio Amalia levantandose, para salir a la terraza que daba a la calle Bravo Murillo, señalo hacia la acera de enfrente- alli estan mis zapatos, son preciosos."
Triana se tumbo holgazana sobre el sofa.
- " Mi madre eligio mis zapatos, ¡no me gustan! Son .....de niña-vieja, como hortopedicos. Mama es un sargento, le importa un pimiento mi opinion, y mi padre jamas me escucha. Tu tienes suerte."
-"pero eso es porque papa la dejo, y quiere tenerme contenta"- se acerco brincando hacia su prima y se tumbo junto a ella.
-"sabes, después de la boda de la tia Sara, me enviaran a estudiar a Inglaterra"-dijo Triana con pesar.

-" te voy a echar de menos"-las palabras de Amalia sonaron sinceras. -"prometeme que te acordaras de mi, que me escribiras. Eres mi prima, mi mejor amiga....."
-"claro, te contare todo lo que me pase allí,
con el minimo detalle."
Las dos cerraron los ojos, siempre hacian lo mismo, cuando iba a acontecer algo que no les gustaba, cerraban los ojos a la vez se cogian las manos, y recitaban un juramento de fraternidad.
Marisa, madre de Amalia entro en el salon, donde su hija y su sobrina yacian.
-"¿Que haceis?-pregunto con tono agrio, cada dia le gustaba menos, que ambas muchachas pasaran tanto tiempo juntas, por lo que se alegraba de la decision tomada por parte de su hermana, Triana se iria un año a Inglaterra. En el fondo le parecia poco, hubiera preferido que se fuera mas tiempo, pues un año, pasa volando.
Las muchachas se soltaron, Triana se incorporo.
-"Nada tia, que vamos hacer, soñar despiertas."
-"Pues menos sueños, niñas, poneros la rebeca que hoy refresca, nos vamos a por los zapatos."
Las dos se levantaron de un salto, y obedientes se pusieron cada una su rebeca correspondiente.

mis primeros taconesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora