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Yoongi despertó en medio de una penumbra dolorosa, su cabeza latiendo con la furia de mil tambores, cada golpe resonando como un eco sin fin en su cráneo, la luz fluorescente del hospital lo cegó momentáneamente, y el dolor en su cuerpo se sintió como si hubiera sido aplastado por una avalancha. Intentó moverse, sin embargo sus músculos protestaron, rígidos y dolidos, como si estuvieran hechos de plomo.

El miedo se deslizó por sus venas como hielo, enfriando su sangre. Su respiración se aceleró, el pánico creciendo a medida que sus ojos se acostumbraban a la luz y reconocían los fríos muros blancos de una habitación de hospital. Los aromas estériles y desinfectantes lo abrumaban, como una niebla tóxica que envolvía su mente. ¿Dónde estaba?, ¿Por qué estaba allí?, Y lo más importante, ¿quién era él?.

En medio de su confusión, un rostro apareció en su campo de visión: un chico rubio que lo miraba con una mezcla de alegría y alivio, corriendo hacia la cama con una energía casi infantil. Yoongi intentó enfocar su mirada en el chico, pero su mente estaba nublada, cada pensamiento envuelto en una bruma espesa.

—¡Cariño, despertaste! —exclamó el rubio, su voz llena de emoción. Sus ojos brillaban con lágrimas contenidas, y su sonrisa era un rayo de sol en la tormenta de confusión que asolaba a Yoongi —¡Enfermera, despertó! —dijo Jimin débilmente, pero con una sonrisa esperanzada, como si esas palabras pudieran conjurar un milagro.

Pero para Yoongi, esas palabras eran como una melodía desconocida. Su mente no podía reconocer ni la cara ni la voz del chico que lo miraba con tanto amor.

—¿Y tú quién eres? —preguntó Yoongi, su voz temblorosa, llena de desconcierto y una pizca de miedo. Miraba al rubio con atención, buscando alguna chispa de reconocimiento que no llegó.

El rubio levantó una ceja, la sorpresa evidente en su rostro, su sonrisa se desvaneció ligeramente, dejando paso a una expresión de dolor y confusión.

—¿Cómo que no lo recuerdas? —dijo, su tono reflejando incredulidad y angustia. Era obvio que Yoongi no recordaba nada, ni siquiera sabía dónde estaba o por qué.

—Para nada, no sé quién seas —respondió Yoongi, encogiéndose de hombros, su confusión evidente en cada gesto. Sus ojos, grandes y asustados, buscaban respuestas en el rostro del rubio.

—Soy Jimin, tu novio —dijo el rubio, su voz temblando ligeramente.

Yoongi miró a su alrededor, tratando desesperadamente de encontrar algún indicio, alguna señal que le explicara la situación absurda en la que se encontraba. La habitación del hospital, con sus paredes impolutas y su mobiliario clínico, parecía un escenario de pesadilla donde cada objeto le era ajeno, cada olor le recordaba su fragilidad.

—¿Y yo quién soy? —preguntó, su voz llena de una mezcla de frustración e incertidumbre, como un niño perdido buscando a sus padres.

—Tú eres Min Yoongi, ¿qué no lo recuerdas? —repitió Jimin, la desesperación tintineando en su voz. Pero claro, Yoongi no recordaba nada. Solo quería una explicación coherente, algo que Jimin no parecía capaz de proporcionar en ese momento.

—No, no sé qué hago aquí, ni quién eres, simplemente no sé nada —negó Yoongi, su mirada perdida en las caras desconocidas que lo rodeaban, su corazón latiendo con la desesperación de un prisionero en una celda.

El doctor un hombre trajeado de blanco interrumpió la conversación tras hacer acto de presencia con una expresión seria, se acercó y revisó la tabla que llevaba la enfermera que lo acompañaba

—Buenas tardes, joven Min —saludó, haciendo una leve reverencia.— dígame, joven Yoongi, ¿le duele algo? —preguntó el doctor, su mirada curiosa.

—Sí, me duele la cabeza y el cuerpo.¿Me puede decir cómo llegué aquí? —preguntó Yoongi, alzando una ceja —¿Alguien puede decirme cómo fue que terminé así? — dijo cruzándose de brazos y mirando al doctor con escepticismo y una creciente sensación de irrealidad.

El doctor suspiró, su expresión se ensombreció, miro a Jimin que seguia esperando pacientemente una reacción que pudiera confirmarle las sospechas que tenia de la amnesia en Yoongi, aunque muy en sus adentros se encontraba atemorizado de la simple idea de saber que el pálido no podría recordarle como esperaba.

—Al parecer a causa del golpe que sufrió, ha desarrollado indicios de una ligera amnesia aunque deberemos hacerle algunos estudios para confirmarlo—dijo, haciendo una mueca de desagrado.

—¿Y podemos hacer que la recuperé? ¿O nunca recordara nada? —preguntó Jimin, reflejando la preocupación y el amor que sentía hacia el pálido joven.

—No es demasiado grave, al parecer es temporal. Pronto la recuperará, solo es cuestión de tiempo —dijo el doctor, palmeando el hombro de Jimin con una sonrisa tranquilizadora.

—¿Dijo amnesia doctor?, ¿Qué fue exactamente lo que me sucedió?—insistió Yoongi, haciendo un ligero movimiento de manos para atraer la atención de los dos presentes, el doctor lo miró con pesar.

—Amor... —intervino Jimin, su corazón agitado ante el recuerdo de lo que llevó al amor de su vida a esa situación.

—¿Amor? No, no,—nego viendo confundido al rubio— basta, detente, no me llames así—dijo Yoongi, levantando los brazos en un gesto de negación. A pesar de no recordar, el chico frente a él parecía interesante, una luz en la niebla de su mente.

—¿Yoongi, es en serio? —Jimin alzó las cejas, ofendido, sus labios temblaban ligeramente mostrando su dolor y frustración.

—No me llames así... No te conozco... o eso creo —suspiró Yoongi, sintiéndose incómodo y abrumado por la situación.

—Yoongi yo... —antes de que Jimin pudiera acercarse más al pálido el doctor Park carraspeó llamando su atención.

—Joven Park, ¿tiene comunicación alguna con la familia del paciente? —preguntó el doctor, desviando la vista para evitar el contacto visual con Jimin, cuyos ojos estaban aguados, a punto de derramar lágrimas.

—Sí, ¿por qué? —respondió Jimin, levantando una ceja y soltando un suspiro.

—Necesito que les llame, ya que no atienden el celular que nos dejaron. Claro, si no es mucha molestia —dijo el doctor, restándole importancia al tema.

—Vuelvo en un momento —dijo Jimin, su caminar mostrando una pesadez abrumadora. Yoongi notó la tristeza en cada paso y sintió una punzada de culpa.

—Necesito respuestas —murmuró Yoongi comenzando a jugar con las sábanas blanquecinas de la cama, al encontrarse con la mirada del doctor Yoongi suspiro juntando fuerzas para hablar, el dolor en su cuerpo era como si se encontrarán diez toneladas encima de él — ¿Podría decirme al menos cuanto tiempo llevo aquí?.

—Han pasado cinco meses desde que llegó aquí, lamento mucho el no poder brindarle más información, sin embargo espero entienda que no se encuentra apto para recibir esa información, debería descansar, en un rato traerán algunas pastillas que debería ingerir para el dolor en su cuerpo.

HOPE|• Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora