bebé en camino | hensan ఌ︎

prólogo

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—Esta guapo, ¿a qué sí? —le preguntó Kevin, teniendo que gritar por encima de la música que retumbaba por el lugar.

—¿Quién? —cuestionó Santiago.

—¡Pues el alfa por el cual has estado babeando durante la última hora, imbécil! —evidenció el pelinegro. —¡No te hagas wey!

El ojiverde rodó los ojos y evadiendo la pregunta de su amigo, bebiendo de su bebida preparada y miró hacia otro lado, escondiendo sus mejillas sonrojadas.

Por supuesto que le había llamado la atención aquel alfa, quiero decir; ¿a quién no? Con semejante físico sabía que podría tener a cualquier omega en su cama con un simple chasquido de dedos.

Pero Santiago no era cualquier omega.

Además, él tenía novio. Un novio con el cual había peleado y estaban muy mal, pero un novio al fin y al cabo.

Un novio que quería mucho, se repetía cuando sus ojos se desviaban hacia la dirección de aquel; con su mente tratando de borrar su retrato.

Un novio al cuál su omega no quería.

Así que no, aquel hombre de perfecta barba y músculos bien marcados sobre aquella camisa negra no le iba a cambiar la noche.

Definitivamente no.

— ☆ —

—Esta lindo, ¿a qué sí? —le preguntó Brian, teniendo que gritar por encima de la música que retumbaba en el lugar.

—¿Quién? —cuestionó Henry. —¿Tú novio? —añadió, bromeando.

Entonces la sonrisa del uruguayo se borró.

—Pendejo —dijo, gruñendo por la broma. —Hablo del omega por el cual has estado babeando durante la última hora, imbécil —evidenció el ojiverde.

El pelinegro rodó los ojos y evadiendo la pregunta de su amigo, bebió de su tequila y miró hacia otro lado, escondiendo sus mejillas sonrojadas.

Por supuesto que le había llamado la atención aquel omega, quiero decir; ¿a quién no? Con semejante físico sabía que podría tener a cualquier alfa en su cama con un simple chasquido de dedos.

Pero Henry no era cualquier alfa.

Además, él tenía novio. Un novio con el cual había peleado y estaban muy mal, pero un novio al fin y al cabo.

Un novio que quería mucho, se repetía cuando sus ojos se desviaban hacia la dirección de aquel; con su mente tratando de borrar su retrato.

Un novio al cuál su alfa no quería.

Así que no, aquel hombre de piernas largas y perfectas curvas no le iba a cambiar la noche.

Definitivamente no.

— ☆ —

—¡Ah, ah! Dios... ¡Sí! ¡Justo ahí, mhm! —gimió Santi, enterrando sus cortas uñas en la espalda del alfa sobre él. —Más fuerte, alfa... —pidió entre sollozos.