CONSUMIDO EN MI SOLEDAD

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—El Premio Nobel de Literatura es para Víctor Stephen Malone, por su más reciente obra "La última noche del día", que nos muestra la perspectiva de la soledad y cómo enfrenta las cinco etapas del duelo, mezclando diferentes estilos literarios.

—El Premio Nobel de Literatura es para Víctor Stephen Malone, por su más reciente obra "La última noche del día", que nos muestra la perspectiva de la soledad y cómo enfrenta las cinco etapas del duelo, mezclando diferentes estilos literarios

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En mi mente, donde las ideas se esconden, un recuerdo luminoso emerge, como un sol que comienza a ascender. El tiempo pasaba lento; cada segundo lo sentía en mi palpitar.

En esa pequeña aula, entre el bullicio de las personas, ella fue mi momento de calma. En mi libreta dibujaba cada uno de sus rasgos, delicados y perfectos. ¿Qué pensaría en ese momento? Jamás lo pregunté. Tuve tanto tiempo... Ahora me arrepiento.

—Necesitas descansar -retumbó una voz en la habitación.

No. Lo que necesito en este momento es su mano en mi rostro, la suavidad de sus dedos deslizándose por mi cuello. La necesito.

—Ven... -respondió la voz.

Stephen se levantó de la cama, colocó sus pies en el suelo frío y, con un pequeño impulso, se puso de pie. Sus pasos eran torpes y descontrolados, pero rápidamente llegó a la pared. Frente a él colgaba El retrato de Vincent van Gogh.

¿Qué hago, Vincent? Agaché la cabeza y miré mis pies juntos, aún visibles en la oscuridad de la noche.

El cuadro cobró vida, como un susurro que se despierta en el aire. Las texturas se agitaron como un río que cambia de curso. Mientras los colores permanecían, el rostro de Vincent comenzó a moverse ligeramente, empezando por su boca y sus ojos, como un ser que despierta de su profundo descanso, donde los colores y las formas se fusionan en un abismo. Todo esto sucedió frente a los ojos de Stephen.

Vincent soltó un par de palabras con un tono profundo y resonante.

—Te estás consumiendo en la soledad de este apartamento.

¿De qué hablas? Mírame, soy el mayor escritor que ha habido. En la calle soy un icono. Entre las celebridades, una leyenda.

—¿Por qué? —La simple pregunta dejó en silencio el lugar—. Desde que Isabella no está, te apagaste.

¡Eso no es cierto! Solo... no quiero salir. El mundo es muy agobiante. Además, tú una vez me dijiste: "A veces conviene ir hacia el mundo y frecuentar a los hombres, pues uno se siente allí obligado y llamado, pero el que prefiere permanecer solo y tranquilamente en la obra y solo quisiera tener muy pocos amigos, es el que circula con más seguridad entre los hombres y el mundo."

—Pero yo amaba mi soledad. Las estrellas eran mi compañía, y en las pinturas no me sentí tan vacío —Vincent tomó un suspiro antes de continuar—. Mírate, no has vuelto a escribir.

Tengo un bloqueo.

—¡Llevas meses así! —Cada vez más, en su voz se notaba la preocupación.

¡BASTA! Solo déjame aquí. ¡No sabes lo agobiante que es caminar por las calles y que las personas te vean, te sonrían y solo te pidan un autógrafo! ¡No sabes! Podría estar muriendo, pero ellos jamás... las personas jamás lo entenderían.

—Tú jamás sabrás lo que es ver que, después de muerto, sigo vivo en los corazones de las personas...

VINO TINTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora