ꜱɪɴ ᴅᴇᴄɪʀʟᴏ ᴛᴏᴅᴏ

214 30 9
                                    



—¿Yo? ¿Cuidar de esa niña mimada? ¿Acaso se ha vuelto loco?

Lo miré incrédula, sin poder terminar de creer sus palabras. Quería decir tantas cosas, pero antes de que pudiera abrir la boca, él se me adelantó.

—Sé que ella no es de tu agrado y que parece ser de todo menos una persona agradable, pero es lo único que podemos hacer para protegerla. Dejamos que se fuera sin ningún tipo de restricción y mira lo que ha pasado.

Me alejé unos cuantos pasos, rascándome la nuca en señal de nerviosismo. Un escalofrío me recorrió la espalda con tan solo pensar en ser guardaespaldas de esa chica.

—¿Y es que acaso no existen más personas que se puedan encargar de ella? Yo y mi equipo estamos aquí para resolver un crimen, no para cuidar de las personas —contrataqué.

—Claro que existen más agentes especializados en el tema, pero ustedes son los mejores. Tú ya has hecho esto anteriormente y espero que el resto de tu escuadrón pueda adaptarse perfectamente a la situación.

—Tú los has dicho, ya lo he hecho, pero he resguardado a personas agradables e importantes, no a una niñita de mami y papi como lo es ella. Puedes esperar que yo me adapte y todo lo demás, pero ¿qué va a pasar con el resto de mi equipo?

—Tendrán que saberlo llevar. Órdenes son órdenes, y tú lo sabes bien.

Suspiré con pesadez y puse mis manos en mis caderas, sintiendo una leve punzada en el costado de mi cabeza. Quise seguir discutiendo, pero en el fondo sabía que tenía razón y que, si la orden había venido desde más arriba, ya no se podía hacer nada al respecto.

—Por el momento, ustedes, junto con la chica, se tendrán que hospedar en un departamento en las afueras de la ciudad. Por los gastos no te preocupes, Kris Jenner se ha comprometido a pagar todo lo que fuera necesario con tal de que su hija se mantuviera a salvo.

—¿Y cuándo se supone que tenemos que mudarnos?

—Hoy al mediodía, así que, si fuera tú, trataría de descansar un poco y armar mi maleta lo antes posible.

Asentí lentamente, tomando mi abrigo entre mis manos, sin poder deshacer mi ceño fruncido.

—¿Eso es todo lo que quería decirme?

—Sí. Ya te puedes retirar.

Hice una pequeña reverencia antes de desaparecer por la puerta. Saqué mi móvil de mi bolsillo y empecé a escribir con fluidez, enviando los mensajes al grupo de trabajo que tenía con todos mis compañeros.

—No empiecen a celebrar todavía.

—Necesito que David y Henry hagan sus maletas y que todos nos volvamos a encontrar en la central justo al mediodía.

—Sé que quieren descansar, y los entiendo, pero es algo sumamente importante.

—Ahí los veré.


―――――✘―――――


—¡¿Qué nosotros qué?!

Cerré los ojos ante el grito de David, que estoy segura que se escuchó hasta en la luna. Me acaricié las sienes con lentitud, sintiendo la mirada de todos sobre mí.

—No grites, no soy sorda —me quejé.

—Estás bromeando, ¿verdad? —escuché la voz de Henry.

—Qué más quisiera yo.

𝙏𝙬𝙞𝙨𝙩𝙚𝙙 𝙎𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩𝙨 / ᴋᴇɴᴅᴀʟʟ ᴊᴇɴɴᴇʀ & ʏᴏᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora