─Hay no, se me hizo tarde. ─Una jovencita rubia prendió el juego de la cocina para ponerse a cocinar algo rápido, ¿cómo no se dio cuenta de la hora? Parece que estuvo mucho tiempo arreglando el jardín.
En medio de la preparación del almuerzo, la joven escuchó la puerta abrirse, alguien entró al templo.
─¡Joel! Que bueno que viniste ¿Me puedes ayudar con esto?
─S-sí claro ─Contestó el joven nervioso, lo que hizo sonreír a la rubia. Ya llevaban un tiempo siendo novios, pero parece que Joel aún se mostraba tímido con ella.
Juntos prepararon la comida, algo simple, solo arroz con menestra, también cocinaron algo de carne, pero eso sería solo para ellos ya que la otra persona que estaba viviendo con ellos no podría masticarlo bien debido al estado en el que se encontraba.
La chica sirvió una porción de arroz y otra porción de menestra en un plato, le pidió a su novio que la espere para comer juntos y se fue con el plato en mano a una de las habitaciones de ese gran templo, había otra persona importante para ella a quién debía atender.
Al deslizar la puerta, fue cuando lo vio, un hombre postrado en el futón y con cicatrices de quemaduras en casi todo su cuerpo.
─Perdón la demora Senku, me entretuve mucho poniendo nuevas flores en el jardín. ─Se acercó a donde estaba él y se arrodilló a su lado.
─No tienes... que disculparte... Suika ─Le respondió el hombre con voz apagada. La rubia sentía mucha pena y tristeza por él.
Ya habían pasado varias semanas desde que ella, como enfermera, se ofreció voluntariamente a cuidar de aquel hombre. Ya había tenido experiencia con otros pacientes que estando en el hospital, se sentían incómodos y hasta asustados por el ambiente, así que con ayuda de algunos de sus colegas, llevaron a ese hombre al templo en el se encontraban ahora, era el lugar ideal y no estaba muy lejos del hospital en caso necesitara algo.
Desde el primer día se dedicó a atenderlo y a arreglar todo en el templo, parecía que no se había usado en años. Con forme pasaba el tiempo, más se estrechaba su relación, Suika hasta veía a ese hombre como a un padre. Le dio todo lo necesario para ayudar a su recuperación y sí mostraba signos de mejora, pero estos eran muy pequeños, aún seguían las noches donde Senku despertaba por el dolor de sus heridas.
Suika también quiso hacer que se mejore emocionalmente, desde que lo conoció, siempre parecía pensativo y deprimido, como si todos los días recordara algo, algo muy fuerte para él, y sus ojos color rubí, aunque oscurecidos y sin brillo, mostraban un único sentimiento, arrepentimiento.
Había algo más detrás de lo que le pudo haber pasado, si tan solo Senku se lo confesara, podría ayudarlo para que lo supere, pero tampoco quería presionarlo con eso, solo le quedaba ser paciente. Lo único que le dijeron de él cuando lo llevaron al hospital, fue que unos campesinos lo hallaron muy grave en el suelo, cerca de los restos quemados de lo que debió ser una casa.
La joven rubia lo acomodó en el futón y le dio de comer, esto se había vuelto parte de su rutina diaria, alimentarlo con las tres comidas del día, darle sus medicamentos y tratar sus heridas dos veces por día. Y no estaba sola en eso, Joel, a pesar de su ocupado trabajo como relojero, le iba a ver todos los días y la ayudaba en lo que necesitaba, incluso a mejorar el estado del templo, ahora lucía mucho más como un hogar.
Cuando Senku terminó de comer, Suika bajó para almorzar con su novio y luego fue a terminar de decorar el jardín, Joel se encargó de lavar los platos.
Así siguieron pasando los días, la rutina no cambiaba mucho, pero eso no molestaba a la rubia, así se sentía cómoda, pero era probable que su paciente no, así que decidió traer varios libros para leerle, él parecía mostrar cierto interés en los que trataba sobre ciencia, pero aún así su ánimo seguía por los suelos, y lo peor es que ahora los tratamientos que le daba parecían tener nulo efecto, sus dolores parecían ahora aumentar.
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SenHaku Week 2024
Fanfiction7 one-shots para cada uno de los temas seleccionados en esta semana dedicada a nuestra OTP