6. Bailar como los dioses. (Parte 1)

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Narrador omnisciente's PoV.

Estaba nerviosa, era notablemente obvio.
Desde que su tío pidió a los alumnos que se reunieran en el auditorio, no había parado de morderse el labio o las uñas.
Y el que las chicas le hubiesen obligado a estar al frente de todas, no ayudaba en absoluto. Antes, cada vez que tenían una presentación, ella iba atrás o entre todas, no le gustaba que la viesen directamente. Odiaba ser el centro de atención.

—¿Que llevas puesto? —le dijo alguien, al girarse vio a Joseph con una ceja enarcada. Bueno, era normal ver su expresión, si alguien más la viese diría que parece loca.

Para la presentación habían acordado llevar puesto un short corto (demasiado para el gusto de ella), zapatos converse blancos, una blusa un poco holgada y una rara bufanda que tenía bolsillos en los extremos con una capucha para la cabeza. Los entandares de ropa no encajaban para ella, quien normalmente solía vestir vaqueros y jérseis o blusas sencillas.

—Secreto —dijo y el rodó los ojos.

—Eres la tercera chica que veo así vestida aparte de Emma, ¿es moda o qué? —apareció de la nada Luke con una Emma muy entusiasmada a su lado, quien rodó los ojos.

—Sí, la única diferencia es que tú llevas colores diferentes, y un tirante en el brazo —concordó Joseph.

Y era verdad, las chicas no sólo la obligaron a ir al frente, también cambiaron el color de su blusa haciéndola diferente al color general de las demás y pusieron un tirante parecido a una pulsera en la parte superior del brazo para que todo el mundo supiera que ella las dirigía.

—Cállense —les ordenó y miró a Emma —Diles que apenas suba el director al escenario las quiero a todas reunidas allá.

Emma asintió y comenzó a alejarse texteando frenéticamente y con Luke detrás de ella tratando de averiguar que pasaba.

—¿A quién necesitas? —pregunto Joseph, de quien se había olvidado por completo durante un momento.

—Algo personal, no es de tu incumbencia todavía.

Joseph estuvo a punto de replicar pero en ese instante entro el director, posicionándose a un costado del escenario con micrófono en mano. Joseph busco con la mirada a Emilia, pero ésta ya estaba fuera de su alcance cuando la vio a alejarse de allí.

Luke apareció a su lado y decidieron ir a buscarlas después porque mágicamente Emma también desapareció, primero era mejor escuchar al director, podría ser importante.

—Sé que todo el mundo se ha de preguntar que hacen aquí un lunes por la mañana —empezó el director —Y es para comunicarles que a partir de hoy, el colegio cuenta con una nueva área. Se ha integrado un grupo de estudiantes que hará presentaciones durante los festivales, campeonatos o bailes escolares —se empezaron a oír murmullos efusivos y poco a poco iba subiendo de volumen una música electrónica.

—¡Y las integrantes son... —continuó —...Rose Seurat, Danna Geist, Lyra Diamond, Mia Pharrell, Selina Peters, Kendall Mitchell, Lauren Williams, Riley Thompson, Emma Lancaster y Emilia Holland!

Joseph no se lo podía creer, al igual que Luke. Todo el mundo estalló en aplausos cuando subían una a una mientras las nombraban y se formaban en un triangulo con una pose diferente.

—Alumnos, les presento... a Sweet Blood.

Otra ronda de aplausos sonó en el aire, algunos silbidos y gritos también. Y Joseph por fin entendió las palabras de Emilia.

Me creerás el lunes, le había dicho.

Joder, que lo cuelguen si no le cree. Estaba sonriendo ahora. Cuando Emilia formó la escuadra completa, la música introductoria que sonaba, paró. Fue cambiada rápidamente por #thatPower de Will.i.am.

Todas empezaron a balancearle en el sonido introductorio de la música y cuando fue más fuerte cambiaron de pasos. Los movimientos de todas y cada una eran sumamente coordinados, ni una se adelantaba o fallaba. Emma tenía razón cuando se lo dijo al tío de Emilia, eran buenas en ello.

Los alumnos no entraban en su emoción, con cada paso arrancaban un vítore más fuerte que el anterior. Joseph observó a Luke, notó que este último tenía una sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillantes viendo a Emma moverse. Él ya sabía que su amigo estaba loco por la morena, y que probablemente acabaría enamorado de ella. Obviamente Joseph nunca le diría lo que pensaba, él lo negaría y hasta se enojaría por reconocérselo.

Desvió la vista hacia las chicas, él nunca había visto a alguien disfrutar tanto el baile como a Emilia, quien irradiaba felicidad en el escenario. Y era verdad, a ella no le importaba nada ni nadie mientras se moviese, y con todo lo que había estado agobiada desde hace cinco años, bailar era un alivio o especie de terapia descomunal.

Cuando la música paró, ellas estaban sudorosas, y bastante agitadas. Pero eso no fue impedimento para estar alegres. Consiguieron alguna felicitación-grito más antes de desaparecer tras el escenario. Tomo un tiempo que se calme la emoción de todos para poder dar otro anuncio igual o más importante. El Baile de Bienvenida.

Aún quedaba una semana para que aquello ocurriera y Joseph ni siquiera había visto en días a la pelirroja que estaba intentado invitar. Lucía no dio muchos rastros de vida los últimos días de la semana pasada. Y ahora que lo recordaba, Joseph juró haber visto su silueta en aquella sala, tal vez durante el recreo podría hablarle, si es que la encontraba, y si no, siempre quedaban las clases que aun compartían.

Y por otro lado, Emilia... probablemente ni siquiera asistiría, no le llamaban la atención este tipo de cosas. Tenía que asistir para dar otra coreografía más, obviamente, pero saldría después de eso. Luke ya había conseguido que Emma aceptara, así que no se preocuparía por su amiga, además, ella la entendía cuando decía que faltaría.

Joseph salió del auditorio a la siguiente clase que le tocaba a esa hora, las veces que vio a Emilia entre clases ya había vuelto a su ropa normal. La chica estaba ya un poco abrumada por todas las felicitaciones que recibió por el pasillo sólo en ese día, conteniéndose y haciendo un esfuerzo monumental para no mandarlos al carajo a todos.

Lucía, por milagro y obra de la naturaleza, si llegó al colegio. Tenía el mismo rostro pálido y sonrisa radiante, pero denotaba cansancio. Luego le preguntaría por que, ahora tenía que idear un plan para no perderla de vista en el descanso y más si la clase que les tocaba antes de este, era separados.

Para su suerte, cuando salía del aula, la vio caminando en dirección al ala de música después de buscarla un rato.

Con que allí se esconde todos los días, por eso no la encuentro...

Trotó para alcanzarla antes de que entrara y la llamó para que le prestase atención.

—¡Eh! ¡Lucía!

Ella se giró extrañada aun apoyando su mano en la puerta cuando se disponía a abrirlas, al distinguirlo sonrió y giro completamente para encararlo.

—Oh. Hola, Joseph.

Y aquí venía la parte difícil...

*****

En multimedia, el baile que yo imagino como el de las chicas.


Un corazón por sanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora