Enrique VIII mientras iba cabalgando con su caballo en conjunto con sus hombres a ver a su reina para pasar más tiempo con su esposa, empezaba a preocuparse por el estado de salud de su mujer, pero todo aquello se empezaba a esfumar de a poco ante sus ojos con la presencia del mercenario Rodrigo de Araya se ha transformado en una especie de obstáculo que ha hecho que el amor de su reina haya desaparecido hacia él y haberle regalado ese amor a su rival y no dárselo a él, claro que solo era el principio de muchas otras desgracias que sucedería, el paso siguiente sería quitarle el amor a sus hijos y tratárlo de papá a Rodrigo de Araya y eso no podrá soportarlo si aquello aconteciese. Aunque eso le duela al rey de Inglaterra su reina ya lo olvidó desde que el mercenario puso un pie en el palacio de Kensington algo que literalmente lo sintió realmente en su alma.
En las afueras de Londres
-¡Oh caballo! --------------- Hablaba con mesura a su caballo
-¡Tomás quédate con los guardias! Yo iré a ver a Catalina y después hablamos sobre temas de estado.---------------------- Ordenó a su consejero y mejor amigo Enrique Tudor.
-Cómo mande mi majestad---------------- contestó humildemente Tomás Cromwel a su rey.
El rey mientras tanto iba de camino al establo donde se encontraría con Catalina , pensaba en como darle la sorpresa por su llegada y cómo podría reencantar el amor a su reina y que se volviera a fijar en él, pero mientras tanto ella paseaba por los jardines de aquel nuevo castillo del cual estaba pronto a inagurarse y por lo tanto debía estar lo más esplendoroso posible mostrando ante todo el mundo que ellos son grandes y tienen de todo. Antes que todo aconteciera solo se percató cuando el rey de Inglaterra de llegó al próximo pasillo que se dirigía a los jardines del palacio de Westmister vio algo que dejó sorprendido y a la vez estóico a lo que veía sus ojos y en ese momento sintió algo dentro suyo romperse y a la vez sus primeras lágrimas de pena y rabia, ya que su reina estaba siendo abrazada por aquel mercenario y rival. En ese momento se dio cuenta aunque no podía creerlo que ella en definitiva lo había olvidado y esta vez para siempre.
-¡Ahh! ¡Me lo prometiste Catalina!-------------------------------- Sollozaba con la respiración agitada
-¡Por qué Catalina! ¡Por qué me hiciste esto!...-------------------------- pronunciaba con desesperación golpeando con las dos manos la pared del castillo.
-¡Cómo pudiste hacerme algo así!------------------------ Poniéndose las dos manos en su cabeza
- ¡Esto no se quedará así! ¡No!---------------- Miraba con ira y resentimiento a aquella pareja.
En el cuarto de Margaret
Margaret mientras tanto esperaba la llegada de de ambos viejos amigos pensaba en abrir regalo que les trajo el más fiel guardia real de su hermano menor, pero la verdad es que prefirió esperar.
-¡llegaste Cat..!------Hablaba con entusiasmo Margaret
- Si me dejó el mercenario a,la vuelta del pasillo y seguí hasta aquí.-------------- Hablaba con una pequeña risita traviesa Catalina.
-Me alegro--------- Contagiada de aquella alegría de su hemana de ley Maragaret de Escocia
- Veamos estos paquetes,ya que con lo acontecido el mes pasado no pudimos ver nada.------------ Itrigadas ambas reinas con los regalos.
-Exacto, con el desmayo inesperado, todo se truncó.----------------------Recordando con preocupación aquel desafortunado hecho. Margaret.
-Ahora a verlos.------- Respondió de inmediato antes que su hermana de ley.
- Si.---------- Catalina respondió de froma entusiasta el regalo.Mientras desenvolvían los regalos que le llegaron a ambas reinas hubo una especial que causó el sonrojo inmediato de Catalina sus supocisiones estaban siendo ciertas ya que vio el regalo de su sobrino Carlos V de una espada con una carta y cuchillo para usarlo en caso de emergencia. Por supuesto también Margaret abrió su regalo de su esposo el rey Jacobo IV de Escocia una navaja y una carta.
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Margaret Tudor ( La hermana desconocida de Enrique Tudor)
Historical FictionMi nombre es Margaret Tudor hermana del llamado rey tirano que era detractora absoluta de las decisiones de su hermano y defensora oficial de la hija de los reyes católicos a quienes les tuve muy buen agrado. Pero lo que mi poco astuto hermano s...