Especial "Primer Encuentro"
5 años antes
Se encontraba molesta, tan molesta que todo su cuerpo temblaba de la rabia. Cualquiera que la observara en ese momento y supiera la razón diría que estaba exagerando, pero ella sentía que no era así. Las lágrimas inundaron su rostro como siempre le pasaba cada que discutía con sus padres. Era tan frustrante y se podía decir que humillante, ya tenía diecisiete años y el no poder hacer cosas que hacían los demás de su edad la ponía furiosa. Sus padres eran muy conservadores y Maya lo entendía hasta cierto punto, pero ya pasaban la línea de la locura con sus absurdas normas. Sí, quizás tenían razón en el hecho de que vivían en un pueblo pequeño lleno de habladurías y temían por ella, sin embargo, Maya era una buena chica, tenía excelentes notas, nunca se metía en problemas, sus amistades las conservaba desde la niñez, y prácticamente todos en el pueblo la conocían por ser una buena persona. Le parecía injusto que no la dejaran ir a una fiesta, una a la que todos en la escuela irían claro estaba. Aunque sea por una vez quería distraerse con sus amigas, bailar hasta cansarse y quizás probar un poco de alcohol, ella no veía nada malo con eso, pero sus padres no pensaban lo mismo claramente. Mientras todos sus amigos se divertían ella lo único que podía hacer era gritar con enojo.
Pateó una piedra con fuerza haciéndola revotar en el agua y salpicando sus zapatos en el proceso. —Lo que faltaba. —pensó mientras se agachaba para limpiarlos un poco con el enojo aumentando cada vez más.
—Este no es buen sitio para llorar por tu novio, niña. —una voz masculina en un costado la hizo sobresaltarse del susto sin poder evitarlo.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no había notado la presencia de alguien a su espalda. Era una voz sumamente adictiva, una que le parecía haber escuchado a lo lejos alguna vez, pero que en ese momento desconocía la ocasión. Se volteó con rapidez para darle una mirada fugaz y quedó levemente helada al notar como a unos pasos de ella se encontraba nada más y nada menos que: Dimitri Petrova.
Tenía el rostro serio en su totalidad mientras la observaba fijamente con algo oculto en los ojos, el cabello oscuro levemente ondulado y sus fracciones bien marcadas lo hacían ver realmente atractivo a la par peligroso, porque sí, ese ser que parecía un ángel físicamente era hijo de nada más y nada menos que del hombre más peligroso del pueblo.
—¿Es mejor lugar para arrojar un cadáver? —preguntó con rapidez no queriendo verse intimidada.
Quizás estaba loca al responderle de ese modo, pero se encontraba realmente molesta y no le importaba, a pesar de estar frente a un hombre que prácticamente le triplicaba el tamaño; no tenía miedo.
Jamás habían entablado una conversación, se conocían desde hacía muchos años ya que vivían en el mismo lugar desde pequeños. Sin embargo, nunca habían intercambiado palabra. Recordaba haberlo visto en alguna plaza del pueblo o en el mercado quizás, pero nada más.Dimitri Petrova era todo un misterio aparte de ser ridículamente guapo. Era cierto, no estaba ciega, todas las mujeres en el pueblo babeaban por él. No solo era atractivo, sino que también era peligroso cosa que claramente llamaba la atención. Solo lo había visto de lejos y muy pocas veces por lo que nunca lo había apreciado realmente, ahora al tenerlo tan cerca podía hacerlo y definitivamente el hombre parecía una alucinación.
—No me des ideas. —le respondió mientras caminaba con pasos seguros a su dirección. Maya lo observó fijamente en todo momento al notar como bajaba el rostro hasta quedar a su altura permitiéndole con ese gesto apreciar mejor sus ojos, unos que la ponían sumamente nerviosa. —Eres la única persona que tengo cerca, podrías tropezar y...
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Punto débil © (Versión Corta)
Romance-No te entiendo. Los ojos de la joven se llenaron de lágrimas. Él soltó una fuerte carcajada. Rompió su corazón lo sabía, pero daba igual, eso era lo que ella había conseguido con sus acciones. -¿Enserio no lo notaste? -preguntó con burla. -¿Eres...