Tregua por La Paz

135 16 3
                                    

Narra Addison

Desperté con besitos tiernos en mis hombros y en mi espalda...extrañé mucho despertar así, con esos cariñitos que sólo ella puede darme.

- Buenos días, mi amor - dijo, dejando un rastro de besos desde mi brazo hacia mi rostro.

- Buen día, princesa - dije a duras penas, estirándome y volteando para abrazarla.

Me aferré a ella, entre risas y besitos que me llenan de vida. No teníamos intenciones de levantarnos tan temprano, pero unos golpecitos en la puerta nos hicieron reaccionar.

- Mamá...mi pancita duele - dijo Ellis, con esa dulce vocecita de dormida.

Me levanté y abrí la puerta, viendo cómo mí pequeña vomitaba a mitad del pasillo.

- ¡Oh! Cariño ¿Estás bien? - exclamé, agachándome con ella y sujetando su cabello.

- Traeré algo para limpiar - dijo Mer, levantándose de inmediato.

Toqué su frente y estaba hirviendo, teníamos que llevarla a un hospital.

- Amor, tiene fiebre, iré por el termómetro - dije, alzando a Ellis y llevándola al baño.

- ¿Qué pasó? - preguntó Zola, quien se había despertado por el pequeño alboroto.

- No te acerques, linda, Ellis vomitó en el pasillo - indiqué, para que no ensuciara sus calcetines.

- ¿Está enferma? - preguntó, angustiada.

- Eso creo, deja que limpie aquí y podrás pasar al cuarto - dijo Mer, llegando con su arsenal de limpieza.

Nuestra mañana no empezó de la mejor manera. La temperatura de mi niña estaba por las nubes, estaba llorando, molesta y adolorida, odio que mis niños sufran.

- Casi 40 grados, déjame en el hospital, la llevaré a pediatría, tú deja a los niños en la escuela - dije, llevando a mi bebé conmigo y organizando mis cosas lo mejor que pude.

Tuvimos que correr para hacer todas las cosas a tiempo, peiné a Zola en el auto y Bailey lleva calcetines distintos en cada pie, pero estamos bien.

Narra Emily

Tuvimos que ir a la escuela un poco más tarde de lo usual, Ellis tiene gripe y eso retrasó toda nuestra rutina. Bajé del auto corriendo y entré a mi salón de clases, en dónde mis queridos compañeros me dedicaron miradas de odio...ya es una costumbre.

Durante el primer recreo, Leah fue a buscar un desayuno para las dos, yo reservé una mesa, aunque en el camino, choqué con alguien a quién no quería ver realmente.

- Ni pienses que voy a hablar contigo, después de todo, soy igual que Ashley ¿No es así? - dije, antes de si quiera escucharla.

- Emily, por favor, no seas ridícula, necesito tu ayuda - dijo, prácticamente suplicando.

- Qué lástima, porque yo no te necesito - dije, dando media vuelta.

- Sí me necesitas, y lo sabes muy bien - dijo, logrando hacerme enojar.

- ¿Para qué diablos te necesito, Hannah? - pregunté, enfadada.

- Para protegerte, sabes que no se meterán contigo si tú estás conmigo...no eres como ellos, tú tienes luz - dijo, suavizando su mirada.

Puse mis ojos en blanco y me crucé de brazos dispuesta a escucharla.

- ¿Qué quieres de mí? - pregunté, de mala gana.

- En el orfanato quieren hacerme un...examen ginecológico - dijo, agachando su mirada.

- Oye, puedes negarte a eso - dije, sobando su brazo por instinto.

Algo Contigo // Segunda Parte // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora