1. 𝓤𝓷 𝓱é𝓻𝓸𝓮?

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- Suéltame Adrián

- No, primero vamos a hablar

- Yo no tengo nada de que hablar contigo, lo nuestro terminó y ya lo habíamos hablado, suéltame

- Lo nuestro no a terminado Samantha, cállate y escúchame

- Adrián de verdad, suéltame, no quiero hablar contigo

Me extrañé en el momento en que un chico de cabello castaño algo alto para nuestra edad se acercó a nosotros empujando a Adrián.

- Te dijo que la soltaras imbecil

- Tú quien eres y quien te crees para venir a hablarme de esa forma?

- Ella te dijo que la estabas lastimando, déjala en paz

- Es MI novia, y lo único que tiene que hacer es obedecer y dejar de comportarse como una zorra.

Vi nublado el ambiente en el momento en el que el castaño le dió un puñetazo en el lado izquierdo del rostro a Adrián.

- No vuelvas a hablar de una mujer así, mucho menos si es tu novia.

- Qué? Acaso eres uno de los estúpidos que van tras ella mientras les coquetea como si les fuese a hacer caso?

• Adrián eso no es cierto, yo-

- No, pero no voy a permitir que le faltes el respeto a una mujer o incluso la lastimes. Así que, si no te vas y dejas a esta chica en paz, voy a partirte la cara, muy difícil no será.

Adrián volteó hacía mí con una cara de pocos amigos y salió del colegio maldiciéndome.

- Gracias por defenderme, ¿cual es tu nombre?

- Oscar, y el tuyo?

- Samantha... lo que él dijo no es cierto, lamento que hayas tenido que intervenir.

- No te preocupes, de un tipo como ese puedo esperarme cualquier estupidez

- Bueno igualmente, muchas gracias, si puedo hacer algo para compensártelo ten por seguro que lo haré.

- Aunque no es necesario, estaré pensando- me guiñó un ojo mientras se alejaba.

Los días siguientes fue como haber desbloqueado un personaje, lo veía en todos lados, en la cafetería en el almuerzo, entre clases con su grupo de lo que supongo son sus amigos, y aunque no tenía el valor para hablarle si le sonreía de lejos. Siempre correspondía.

Aproximadamente una semana después de ese incidente todo parecía volver a la normalidad, luego de una agotante clase de matemática en la que me había ido horriblemente mal, solo necesitaba llegar a mi casillero por mis audífonos y encontrar a Nathalie en alguna parte.

Estaba sacando mis libros de la siguiente clase para aprovechar el tiempo, y cuando cerré bruscamente la puerta de mi locker me encontré con una sorpresa ahí.

- Mal día?

- Yo diría que mala clase, matemáticas nunca es una buena clase.

- Uhh, no se te dan los números?

- Para nada, a ti si?

- Con vergüenza tengo que admitir que sí,  no me fascinan pero siempre las entiendo

- Bueno necesito un poco de eso, definitivamente. Dije poniendo la cabeza contra el locker.

Rió

- Bueno, puedo ayudarte con eso si lo necesitas. Sonrió

- No, no te preocupes ya hiciste mucho por mí la última vez.

- Bueno esta será mi forma de hacer que me lo compenses

𝓢𝓮𝔁 𝓞𝓷 𝓕𝓲𝓻𝓮 - 𝓞𝓼𝓬𝓪𝓻 𝓟𝓲𝓪𝓼𝓽𝓻𝓲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora