Advertencias: Contenido sexual explicito.
Contenido +18.
Ambos chicos volvían a casa después de estar todo el día en una conferencia de prensa, Julián estaba enojado y mucho, su sangre hervía, ¿cómo se atrevía a hacerle eso? ¿Quería jugar con juego? Pues fuego iba a tener y se iba a quemar.
Enzo se pasó todo el día coqueteando con Garnacho delante de sus narices, tirándole sonrisitas y pavoneándose mientras resaltaba sus atributos con el pantalón mas ajustado que exista. Como eso no era suficiente, veía como todos los pibes "heteros" estaban babeando por su chico.
Fernández tenía que ser castigado. Iba a empezar por ese hermoso culito ni bien llegarán a su hogar.
Álvarez no le dirigió la palabra en todo el camino de vuelta, solo se dedicó a manejar con cara de culo. Mientras Enzo se removía incómodo en su asiento, sabía lo que había hecho.
El menor quería jugar, él quería jugar con Papi. Hacía varias semanas que Julián no saciaba sus deseos entonces no encontró mejor forma que provocarlo. Y estaba orgulloso, lo había logrado veía como el mayor se mordía el labio y eso solo lo hacía cuánto estaba enojado.
Finalmente entraron, ni bien se aseguró de cerrar la puerta con llave Juli se dio vuelta poseído por el enojo y estampó al menor contra la pared.
Comenzó a besarlo, no fue gentil ni suave. Fue duro, con mordidas, con desesperación, con enojo. No pudieron evitar gemir e intentar refregar su entrepierna contra el contrario.
— No, no. Fuiste malo, muy malo sumiso. Sumiso malo — dijo el castaño señalando como un nene que acusa.
— Papiii fui malo, ¿vas a castigarme? — su papi le dio un cachetazo.
— Encima que me provocaste todo el día ahora hablas sin permiso. ¿Te dije que podías hablar? —Enzo negó — Palabras sumiso, quiero palabras.
— No papi, no me diste permiso.
— Buen chico, es hora del castigo. Desnúdate — Fernández se quitó toda su ropa quedando completamente desnudo — Vamos a nuestra habitación a jugar bebé.
Ambos chicos subieron al cuarto de su casa que estaba completamente destinado para los juegos BDSM, lo cierto era que hacía cuatro años que estaban de novios.
En el segundo año juntos Julián descubrió a Enzo masturbándose mientras se asfixiaba a sí mismo acabando de esa forma. El mayor solo pudo pensar que él deseaba ser quien ahorcaba al menor, el resto es historia.
— Hora de atarte bebé — el menor chilló, eso no le gustaba porque significaba que su pareja no iba a dejar que se corriera en un bien tiempo — Ahora sumiso.
De la pared de la habitación colgaban cuatro cadenas, una para cada extremidad del cuerpo. Julián amarro a Enzo y quedó con piernas y brazos abiertos dejando todos sus atributos expuestos para el deleite de Papi. Álvarez agarro una fusta y sin permiso le dio con ella a Fernández, este pego otro chillido.
— Son 10 por chamuyarte a Alejandro, 10 por andar de exhibicionista y 10 por hablar sin permiso.
Comenzó a pegarle sin piedad, en las piernas, en la espalda, en las nalgas, en los testículos y en el pene. El menor se retorcía en una mezcla de dolor y placer. Nadie entendería cómo algo que dolía podía ser placentero pero para ellos lo era, era éxtasis puro.
Del pene de Enzo goteaba líquido pre seminal, ya no gemía, estaba agotado, quería correrse y no podía tocarse. Juli se dió cuenta del estado del menor, se dio cuenta que había pasado mucho tiempo sin que jugarán haciendo que su bebé estuviera sumamente sensible al contacto físico.
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Julián Álvarez x Enzo Fernández / Historias cortas (ONE SHOT'S)
FanfictionCapítulos únicos de distintas temáticas entre Enzo y Julián. Contenido explicito. Contenido +18.