Atrapada

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Narra Addison

Regresamos a casa luego de que las niñas tuvieran una linda tarde juntas. Las estuve mirando de cerca, amo éste hermoso chisme adolescente, es mi telenovela. Se veían sonrojadas y risueñas, estoy segura de que pronto serán más que sólo amigas.

Dejamos a Hannah en el orfanato y apenas bajó del auto se me dibujó una sonrisa picarezca.

- Mamá, no digas ni una sola palabra - me regañó Emily antes de poder decir nada.

- No iba a decir nada - me quejé, atajándome de sus acusaciones.

- Bien...porque no pasó nada - recalcó, completamente sonrojada.

- Bueno...está bien, te creo - dije, con un guiño.

- Sólo fueron besos...varios - admitió, mirando por la ventana.

- Eso es bonito, si ella te gusta es normal que quieras besarla - comenté, haciendo que su cara se transforme.

- ¡No me gusta! ¿Quién te dijo eso? - exclamó, demasiado nerviosa, delatándose a sí misma.

- Tú me lo acabas de confirmar - dije, riendo y robándole un besito en la mejilla.

Reímos y seguimos el camino hacia casa sin mencionar más el tema, no quiero incomodarla. Al llegar, todos nos recibieron con tos, fiebre y quejas, éramos las únicas sanas de la familia, agradezco tener un buen sistema inmune.

- Mamá, me duele la garganta - dijo Bailey, caminando hacia mí para abrazarme.

- Ooww, mi pobre bebé, ven aquí - lo levanté y le dí varios besitos.

- Estuvo preguntando por tí todo el día, es un niñito de mamá - dijo Zola, molestándolo.

- ¡Déjame! - protestó Bailey, aferrándose a mí.

- Zozo, no pelees con tu hermano, mejor ven y cuéntame cómo te sientes - dije, yendo al sofá para charlar con ellos.

- Tengo fiebre ¿Puedes hacer que pare? - dijo, recostandose en mis piernas, agotada y frustrada.

- Claro, bebé, Emma ¿Puedes traer unos paños húmedos, por favor? - pedí, teniendo mis manos ocupadas con los niños.

- A tus órdenes, mamá - dijo, haciendo una pose de soldado.

Al cabo de unos minutos, Mer bajó las escaleras con Ellis en brazos, acababan de bañarse, ella también se veía muy mal.

- Cariño ¿Te sientes mal? - pregunté, mirando sus ojitos cansados.

- Sí, mi naríz está congestionada y no consigo que me baje la fiebre - se quejó, limpiando su naríz con un pañuelo demasiado usado.

- Ven aquí, siéntate, iré a buscar más paños y les traeré agua fresca, tienen que hidratarse muy bien - dije, apoyando a Bailey sobre el sofá para poder levantarme y ayudar.

Llamé a Arizona para confirmar que era sólo una gripe, ella me tranquilizó y me recomendó algunas medicinas que podía darle a los más pequeños, ella es mi salvavidas en éstos casos.

Narra Emily

Mamá y yo fuimos las enfermeras de la familia durante todo el día, parece que nuestro sistema inmunológico es mucho más fuerte que el de todos los demás.

- Recuerda no compartir vasos ni tazas con tus hermanos, si todos nos enfermamos, será un caos - dijo ella, con un gesto de cansancio por haber estado yendo y viniendo todo el día.

- Lo sé, tú deberías dormír en el cuarto de huéspedes - sugerí, para evitar que se enferme.

- Sabes que me cuesta mucho dormir lejos de tu madre - se quejó, haciendo pucheros.

Algo Contigo // Segunda Parte // MeddisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora