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Original:

https://archiveofourown.org/works/49700788

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Mitsuri dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo y se hundió más profundamente en las cálidas aguas termales. Era agradable poder finalmente tomar un descanso y relajarse después de semanas de trabajo agotador luchando contra demonios y protegiendo a civiles y camaradas. Su espada había estado bajo una gran cantidad de estrés y se le ordenó visitar la aldea para asegurarse de que no hubiera una probabilidad elevada de que se rompiera durante la batalla.

Al no haber tenido tiempo para dedicarse a sí misma durante las últimas semanas, terminó increíblemente reprimida, y el calor de las aguas termales definitivamente no estaba ayudando con ese problema mientras trataba de ignorar el dolor cálido entre sus piernas, optando por hundirse hasta que solo su cabeza estuviera fuera del agua, rezando para que la noche llegara antes. Cómo deseaba tener a alguien con quien aliviarse... sabía que Iguro estaría más que dispuesto a ayudarla, pero, independientemente de lo que sus compañeros de trabajo asumieran, honestamente solo lo veía como un amigo y nada más. A pesar de que estaba tan reprimida que se follaría a casi cualquiera, se negó a ceder y trató de ignorar los pensamientos que plagaban su cerebro mientras se retorcía bajo el agua. No tardó mucho en ceder y dejar que sus pensamientos viajaran libremente, y ellos estaban más que felices de darle todas las razones posibles para salir de las aguas termales y follar al ser humano más cercano.

De todos esos pensamientos excitantes, uno en particular se destacaba entre el resto. Aunque no sentía nada por el Hashira de la Serpiente, eso no significaba que no estuviera interesada en nadie. Mientras se sentaba sobre sus manos para evitar ensuciar las cálidas aguas, pensar en el Pilar del Agua (el hombre estoico, apuesto y reservado con el que trabajaba) de rodillas debajo de ella ciertamente no ayudaba. Durante los últimos meses, le había estado escribiendo a Giyuu y había pasado más tiempo con él que con cualquier otra persona en su vida, y hacía poco por ocultar lo que sentía por él. Prácticamente podía sentirlo meterse en el agua con ella, abriéndose paso lentamente hacia ella antes de subirse a su regazo y... Rápidamente salió de sus pensamientos, una línea de baba le caía desde los labios hasta la barbilla, mientras escuchaba una voz demasiado familiar que la llamaba por su nombre.

—¿Kanroji-san...? —preguntó el hombre tranquilo con cautela, observando cómo sus ojos se abrían de golpe y lo perforaban directamente hasta el centro. Esos mismos ojos que le habían traído tanto consuelo en los últimos meses ahora le enviaban escalofríos por la columna vertebral mientras estaba de pie frente a las aguas termales, con el cabello húmedo y prácticamente desnudo—. ¿Estás...? —Dudó mientras observaba el extraño comportamiento de la chica en las aguas frente a él— ¿Estás bien? ¿Puedo unirme a ti? —Con el tiempo que compartieron juntos, se había acostumbrado a hablar con ella, incluso si todavía cerraba la puerta al resto del mundo, reconocía que ella existía y era alguien que quería pasar tiempo con él.

—Ah... Tomioka-san... —soltó entre jadeos, lamiéndose los labios mientras miraba al modelo desnudo que tenía delante, lo único que lo protegía era la pila de ropa que sostenía sobre su entrepierna. Pudo verlo temblar levemente, apenas perceptible, cuando sus ojos se encontraron una vez más—. Tomioka-san, ven aquí...~ —murmuró, sus ojos se nublaron ligeramente mientras observaba la figura nerviosa de Giyuu, que se giraba para dejar su ropa y meterse en el agua.

Antes de que él tuviera la oportunidad de darse la vuelta y mirarla a la cara, ella ya estaba presionada contra su espalda, manteniendo la distancia justa para que sus cuerpos no se tocaran. Su respiración se entrecortó cuando ella cerró la distancia, presionándose completamente contra su trasero, saboreando el gemido que él dejó escapar mientras ella frotaba su polla contra su trasero.

❝Una vida contigo❞ | Giyuumitsu ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora