4.- Deja vu

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Cuando apenas la primera alba de la mañana comenzaba asomarse eran bloqueados por las nubes. Que cubrían el cielo con su gran manto, por hecho no habría sol durante el día. Las calles eran cubiertas por unas extensas neblinas. Pocas de ellas eran visibles y otras no.

Este suceso no era bien visto por las personas, unas más que otras.

—El tiempo no pinta bien —dijo uno de los monaguillos regordete de tes rosado y con unos rubores en la mejilla deteniéndose de limpiar el pasadizo con la escoba en la mano. Frente a una de las ventanas.

—Algo ira mal —asevero otro de los monaguillos mientras se acomodaba el lentes y seguía llevando las flores al altar de la estatua que se encontraba en el centro del salón.

—Quinto y tercero no se distraigan hay mucho que hacer por aquí.

Ambos levantaron la mirada hacia el altar que conducía a la planta de arriba. El mayor de los monaguillos bajaba lentamente con esa postura de siempre.

—Lo sentimos primero —dijeron ambos al verlo llegar hasta ellos.

—Sigan con sus deberes el tiempo no perdona nada —Y con esa declaración sería abandono la sala dejando a los dos monaguillos en silencio.

En esa oportunidad la floristería no estaría abierta. Las calles estaban poco concurrida y las personas estaban en su hogar disfrutando de un te  o simplemente ahí haciendo algo.

Algunas gotas empezaban a caer lentamente y la neblina no se dispersaba sino aumentaba.

—Levas mucho tiempo mirando la ventana querido padre –dijo pasando por ahí con un libro en mano.

—Whis no deberías estar en tus practicas ¿Qué haces aún en casa? —se giro a verlo.

—Korn esta fuera del pueblo y no se cuando vendrá y vados esta en su habitación hablando con Cus por teléfono.

—No pregunte por ellos.

—lo sé... Padre pero quería hacerle recordar que solo me tiene a mi, yo estoy contigo.

—Whis...

—Tan solo dejaba faltar por esta vez, el clima no esta bien.

—No es pretexto.

—Y no lo es padre solo es que no me siento bien...ya sabes por que... Me recuerda a M...

—No lo menciones —dijo y luego agregó —solo por esta vez aceptare a que te quedes.

—Gracias!!!....gracias querido padre te promet-

—Pero limpiaras el sótano.

—Qué!!!!

El grito se escucho por la casa, Daishinkan entrecerro sus ojos y luego habló.

—Como dije te quedarás pero limpiaras el sótano y-

El sonido de la puerta fue lo último que escucho y cuando abrió sus ojos no estaba Whis, no pudo evitar dar una sonrisa aunque duro poco pues una llamada se hizo presenté y cuando contestó su semblante cambio por completo.

La lluvia comenzó con gran intensidad como también la neblina lo hizo. Las calles estaban vacías y los puestos cerrados.

Aquella llamada no lo había tomado bien, esperaba el resultado sí. Pero no de esa manera. Sus pasos eran un desliz y su semblante era más decaído que otras ocasiones.

«No hay ninguna forma de convencer a reabrir el caso, el expediente esta cerrado y sellado con la inocencia de Bills...Lo siento señor Daishinkan hasta aquí puedo brindarle mi servicio»

La lluvia mojaba su ropa pero no sentía frío, la mirada cabizbaja que tenia no era la misma que se asemejaba a sus años de dolor y amargura. No sabia cuanto tiempo había caminado pero comenzó a sentir las consecuencias de su irresponsabilidad de haber salido así como así de su casa después de esa llamada.

—¿Se encuentra bien señor Daishinkan? —le preguntó Shin con una paragua y algunas compras en sus brazos.

Daishinkan levantó la mirada y se topo con la mirada de este, esos ojos inocentes y el rostro juvenil de Shin. Pero no vio a Shin ahí, vio a otra persona y sin darse cuenta se acerco y lo abrazo confundiendo a Shin.

—Lo siento Merus —dijo cuando lo único que sucedió después fue que Daishinkan se había desplomado a sus pies.

Y un Shin alarmado intentaba despertarlo sin tener éxito. A lo lejos vio a una persona que reconoció al instante siendo Whis que al verlo y ver a quien tenía en sus brazos se apresuró ayudarlo.

Continuará...

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