Parte 26

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–Nunca he besado a un miembro del mismo sexo.

–Oh, muy gracioso, Ron –dijo Ginny, agarrando uno de los vasos de chupito frente a ella. Lo bebió de un trago sin inmutarse, pero su voz estaba áspera cuando dijo–. Ese nunca deja de ser divertido con ustedes—nueva regla, solo puedes usarlo una vez por juego.

–Nunca he tenido sexo con un miembro del mismo sexo –dijo Charlie con una sonrisa mientras daba una larga calada a un cigarro y se reclinaba en su silla.

–¡Eso es lo mismo!

–No es lo mismo –argumentó Charlie–. Bebe, Ginny Girl.

–Está bien –Ginny se encogió de hombros y agarró otra bebida. La bebió y luego dejó el vaso con un golpe en la mesa mientras sonreía con suficiencia a Charlie al otro lado de la mesa–. Te atraparé en mi turno—te tengo en la mira, Charles.

–Nunca he tenido un trío.

–¿Qué es esto? –gritó Ginny, volviéndose para mirar a Bill con los ojos entrecerrados–. Este juego es oficialmente injusto—estamos jugando a otro.

–Estás bien –dijo Bill riendo, inclinando la cabeza hacia un lado para mirar a una de las mujeres vestidas de manera escasa que pasaban.

Bill estaba distraído, pero Ron frunció el ceño cuando Fred y George intercambiaron miradas y luego rápidamente alcanzaron los vasos de chupito frente a ellos, bebiéndolos rápidamente, haciendo una mueca—Ron no pensaba que fuera el whiskey lo que causó esa reacción.

–Gred y Forge –dijo Ron con una voz cantarina–. Qué magos traviesos son.

–Sí, ese también me afectó –se rió Charlie, inclinándose hacia adelante para agarrar su vaso de chupito. Bebió rápidamente, luciendo orgulloso–. Pero, no estaba en pan, era carne de almuerzo.

Harry también bebió un chupito, al igual que Ginny. Ron se dio cuenta de que él y Bill estaban en desventaja.

Bill se volvió para mirar a Harry, frunciendo el ceño mientras lo estudiaba. –¿Queremos saberlo?

–No sé, ¿tú quieres? –contestó Harry, sacando un cigarro de su bolsillo. Lo encendió con un encendedor tradicional y luego dejó escapar el humo lentamente. Entrecerró los ojos de manera calculada y luego dijo con calma–. Nunca he hecho sexo oral a la esposa de un hermano.

–No puedes hacerme eso –susurró Ginny en una voz baja y escandalizada.

Eso captó la atención de todos en la mesa y todos los hermanos de Ron se quedaron boquiabiertos, pareciendo demasiado sorprendidos para hablar mientras Ginny, a regañadientes, tomaba otro vaso de chupito y lo bebía, lanzando miradas oscuras y enojadas a Harry.

–Oh, no, no, no –dijo Fred con los ojos muy abiertos–. Tienes que decirnos quién fue.

–¿Quién fue? –gruñó George a Ginny–. Tienes que decirnos—nos volverá locos.

–Está bien –dijo Ginny con una sonrisa–. Vayan a casa y pregunten a sus esposas—tal vez no sean los únicos que hayan encontrado formas ingeniosas de evadir ceremonias vinculantes, tal vez fue más de uno. Nunca lo sabrán.

–¿Hiciste sexo oral con mi esposa? –Bill le gritó.

Ron se rió mientras miraba las caras enrojecidas de sus cuatro hermanos y sonreía a Harry al otro lado de la mesa. –Les devolviste el golpe de una manera que Ginny nunca podría—Eres un bastardito pensante de Slytherin. Estoy impresionado.

–Gracias –dijo Harry con suficiencia–. Ginny, tu turno.

–Nunca he orinado de pie –dijo Ginny, recostándose en su silla con una sonrisa satisfecha–. Róllame un cigarro, Ronnie.

Más que Recuerdos (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora