CAPITULO 11

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Durante la cena, hablaron de cosas banales, Chiara parecía no estar demasiado afectada por la ausencia de violeta , Teresa y Vilches intercambiaban miradas, mientras ella les contaba el baile que les habían dedicado en su visita al poblado, la ilusión en sus ojos mostraba que aquello le había impresionado tanto, que ya era una más, una enamorada más de África.

Ante la ausencia de Violeta, Teresa durmió en su cabaña, Lula con el pequeño en la de Teresa y Chiara en la suya. La buena Teresa a la que le gustaba leer para relajarse antes de acostarse, oyó como llamaban a la puerta. Ramón levantó sus orejas con atención y la miró girando su cabecita.

- Ya lo sé Ramón, no me van a dejar leer... ya lo sé... Adelante

- ¿Puedo pasar Teresa?

- Claro... adelante...

- ¿Cómo estás? – le preguntó mientras sus dedos jugueteaban entre ellos

- Aquí leyendo

- Ah... si te molesto...

- No, ahora ya me has descentrado...

- Lo siento – puso cara de pena

- Dime, has venido por algo en particular o... para quedarte ahí mirándome – le decía captando su nerviosismo "no puedes dormir... ay chiara, ojalá aclares tus dudas pronto"

- Teresa... no puedo – le dijo frunciendo las cejas

- ¿Que no puedes? – dejó el libro sobre sus piernas, Ramón miraba a Chiara que comenzó a andar por la habitación

- He estado pensando en lo que hablamos... también me ha hablado Vilches, ya le he comentado que me siento muy agobiada ante esta situación – Ramón la seguía con la mirada moviendo la cabeza de un lado a otro tal como andaba chiara- Me he dado cuenta que solo llevo aquí cuatro días y queréis que me enamore de Violeta... creo que me estoy viendo sobrepasada por vuestras palabras y su actitud – decía sonriendo con actitud nerviosa - Reconozco que me llama la atención su enigma, sé que le pasa algo pero no lo cuenta... pero de ahí a estar enamorada de ella, pues como que no Teresa. Además, mira, tú dices que yo puedo ser importante para ella, pero ella se ha largado con otra, seguramente ahora estarán con sexo, sexo y sexo – Ramón aulló un poco mirando a Teresa quien le asintió como dándole la razón al animal, esa chica estaba fuera de sí, ¿celosa? - Yo no quiero crear ningún vínculo con ella que no sea el de la amistad, eso, y tampoco quiero que se enfade conmigo porque no me atraiga, porque no quiero dormir con ella, sólo eso... sólo eso...

- ¿Has terminado? – le preguntó tras un breve silencio

- Sí

- Vale, ¿puedes sentarte? vas a volverme loco a Ramón – el animal volvió a emitir un pequeño aullido en señal de apoyo a su dueña

- Lo siento – miró al animal que bostezó

- Por partes Chiara , no hay ninguna situación por la que te debas sentir agobiada, ninguna, Violeta es una compañera de trabajo, a la que posiblemente es cierto, se ha encaprichado de ti, no lo niego, pero ese es su problema, tú has hablado con ella, le has dejado claro que solo quieres ser su amiga y ya está. Lo que haga o deje de hacer con Bárbara no es asunto nuestro

- No, no si a mí me da igual – se apresuró a contestar cayendo en la trampa de Teresa, con un tono ficticio que, aunque lo había ensayado le salió más real de lo que le hubiera gustado

- Tienes miedo... relájate, ¿vale?, aquí nadie te dice lo que debes hacer, mi consejo es que vivas la vida como tú quieras, con o sin Violeta, con o sin aguantar esas llamadas de tu madre que te ponen de mal humor, haz lo que tú quieras... nadie te dice lo que debes hacer, pero sólo te pido que seas sincera, ¿vale? Anda ven aquí, Ramón deja sito a Violeta y sus mil dudas – sonrió

Aventuras en la selva - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora