θ9| Catástrofe

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Suspiró con pesadez, mientras observaba con leve vergüenza como su amiga, Kanae, le explicaba rigurosa y meticulosamente sobre cierto tema del que no podría huir, aunque fuera lo que más deseaba en aquellos momentos, donde los segundos se transformaban en eternas horas llenas de explicaciones bochornosas.. 

—¡Es por eso que la abeja quiere unirse a la flor, quiere llevarse su néctar!

Dijo casi a regañadientes, necesitaba la total atención del albino para que luego este no viniera rogando por ayuda para escapar de sus responsabilidades, por si en un dado caso Sanemi se transformara en un completo imbécil (dice completo, pues considera que en cierta parte ya lo es) y decidiera abandonar al pelinegro, después de todo seguía siendo un alfa gruñón. 

—¡Porque lo que más desea esa abeja gruñona es el néctar más dulce, la que posee esa bellísima e inigualable flor!

—Ya entendí.. no hace falta que lo grites.. —de pronto el tono de llamada de su celular resonó, por lo que Sanemi agradeció y fue a atender la llamada. —¿Sí? 

—¡Felicidades, el banco de Tokyo le otorga un crédito de 500 mil ¥! —dijo la voz de una mujer al otro lado de la línea —¡Imagínese lo que podría hacer con esa cantidad!

—Gracias, pero no. 

—¡Vamos señor, anímese. Solo será un 10% de interés! 

—No, otro día talvez.. —dijo, intentando controlar las inmensas ganas de mandar a la mujer a la mierda de una maldita vez. 

—¡Bien entonces le ofrezco nuestras tarjetas de crédito para-..! 

—¡NO!—se negó y luego colgó, probablemente las clases de Kanae eran mejor que darle tiempo esa llamada. 

Kanae sonrió victoriosa, tal parece que había logrado su cometido. Ahora podía estar tranquila, bueno casi. 

—Pues es demasiado necesario, sino, no entenderías. Espero que te haya quedado claro el ejemplo de la flor y la abeja para no tener que darte otro, deberías agradecerme por ayudarte con este tema, es muy importante que tengas esta información en mente para no cometer otra de sus incontables tonterías.. 

Aveces le sorprendía lo parlanchina y agobiante que podía llegar a ser Kanae. Talvez no sería mala idea escapar de aquel martirio infernal, haría provecho de su distracción y se largaría de ahí lo más rápido posible.

—...Ten en cuenta que la abeja gruñona puede llegar a perder el control si se harta de ciertas situaciones, por eso debe saber controlar su ira e ímpetu o podría terminar causándole algún daño a la flor o perder su propio aguijón, sería una terrible catástrofe... —miró el ahora asiento vacío frente a ella con confusión luego de terminar su trabajo con las plantas en su escritorio —¿Sanemi..? 

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El albino pudo respirar tranquilo luego de abandonar la florería, decidió que visitaría a Giyuu en la panadería, a esas horas ya debería estar a punto de terminar su turno, podría pasear con él o ir a comer juntos, una sonrisa inconsciente se dibujó en su labios, eso provocaba el simple hecho de pensar en el ojiazul.

ミ 𝘓𝘦𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳 & 𝘵𝘳𝘢𝘷𝘦𝘴𝘶𝘳𝘢𝘴 彡| 𝚜𝚊𝚗𝚎𝚐𝚒𝚢𝚞𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora