CHAPTER XVI

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La tarde había pasado tranquila, casa quien en sus cosas, o al menos eso suponía.

Por mi parte yo había pasado gran parte de las horas libres en la habitación de Paulina, durmiendo luego de que ella peinara mi cabello.

Luego empezamos a alistarnos para hacer una pequeña salida con los amigos de las chicas.

Yo había sido una de las primeras en terminar, había ocupado el baño antes que Haley y no opté por arreglarme demasiado.

Pero el tiempo que ahorré, me tocó ocuparlo mirando a Paulina maquillarse y peinarse.

Ella estaba a mi lado, mirándose en el espejo de su tocador, mientras yo estaba sentada en la silla de el mismo, golpeando con mis botas el suelo.

-Apresúrate -le pido mientras golpeo con suavidad su espalda baja.

-Estoy intentando lucir linda, silencio -me da una mirada rápida y regresa a a su labor.

Su rostro ya lucía bastante bien, pero ella no parecía conforme.

Su colección de maquillaje estaba a un lado del espejo, junto a brochas y herramientas para cualquier ocasión.

Ella siguió jugando un poco más con la sombra, buscando un color que resaltará, y yo solo la veía, como mordisqueaba su labio inferior mientras se concentraba, arrugando ligeramente la nariz en señal de que no estaba contenta con el resultado.

Agradecía que estuviera de pie, me estaba dando una vista perfecta de su cintura y de su pequeño ombligo, el cual llamaba de manera tentadora a mi dedo índice, queriendo que lo introduzca de manera molesta.

-Te ves linda sin maquillaje -agrego, colocando un brazo en el tocador y luego mi cabeza sobre mi mano- Paulina, ya, colócate el estúpido labial y vámonos.

Me pongo de pie tomando su bolso y esperando que me siga.

-Espérame con Haley -continúa maquillándose y señala la puerta de su habitación, para que salga y deje de insistirle.

Resoplo suavemente ante el mandato, pero no protestó, dejo un beso en su hombro antes de salir de la habitación.

Al parecer solo Alejandra, Daniela y yo estábamos preparadas y las hermanas de mi novia esperaban en un sofá, mirando con impaciencia sus celulares, cosa que me tentaba hacer también.

Pero preferí molestar un poco a Alejandra, sin razón alguna, solamente me causaba ternura su personalidad y apariencia.

Ya que aunque intentaba ser distante y poco expresiva algunas veces, la conocía lo suficiente como para saber bien quién es, por eso la molestaba con los apodos que Hall le tenía, pero nada mal intencionado, no quería que Haley o Paulina me decapitaran.

Para llegar al lugar donde pasaríamos la noche, debíamos ir en un vehículo debido a la distancia.

Y me sorprendió ver que la chófer de la noche seria Daniela.

Nunca había visto a ninguna de las hermanas en plan conducción, pero Pau era la que más mostraba entusiasmo con temas de autos y motos.

Aunque no podía quejarme, ya que mi novia iba a mi lado, con su cabeza recostada de mi hombro y sus dedos entrelazados con los míos.

-¿Alguna vez has jugado bolos? -me pregunta, interrumpiendo su conversación anterior con las demás chicas.

-Si, por supuesto, soy una genio aunque solo he jugado con suerte dos veces en toda la vida -bromeo con ella y escucho a Haley reírse a nuestro lado- Ey, puedo ganarte con una mano vendada -la desafío.

Tattoos and Motorcycles | Paulina VillarrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora