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Capítulo 61: Una guerra 

Yan Sui miró a sus colegas que le miraban con ojos de depredador y tragó saliva, cogió el maíz que se estaba asando en el fogón y con cuidado, resoplando mientras el maíz asado le quemaba un poco la piel, lo metió en el abrigo que llevaba puesto.

Aunque le temblaban las piernas, se aclaró la garganta y dijo en voz baja: "Esto es... Esto es algo que pertenece al director general Shen, por favor, mantener los ojos y las manos alejados de ello". Mientras hablaba se giró para mirar a Xiao Huai, quería pedir ayuda, pero tan pronto como se dio la vuelta y miró a Xiao Huai, y vio el mismo brillo glotón codicioso en sus ojos, ¡sabía que Xiao Huai también se había rebelado!

"¿Yan Sui...?" Xiao Huai levantó la mirada del bulto dentro del bolsillo de Yan Sui y luego miró a este último con una sonrisa haciendo que las cejas de Yan Sui saltaran un poco, a pesar de que el mer frente a él estaba sonriendo Yan Sui sintió una sensación de presentimiento subir en su cuerpo.

¡Sabía que todo lo que iba a salir de la boca de Xiao Huai no iba a ser nada bueno!

Y efectivamente, un minuto después oyó a Xiao Huai decir con voz suave: "Yan Sui, ¿no eres mi hermano? Hay algo que necesito que hagas, se trata de la renovación del contrato, Pei Yang había pedido otro aumento del cinco por ciento en sus acciones... si no te importa, ¿puedes ayudarme a cuidar de él? Te escucha mucho más que a mí. Va a subir en cualquier momento, ¿puedes ocuparte de él mientras entrego este maíz al director general Shen?".

Xiao Huai, naturalmente, no se atrevería a arrebatar algo que pertenecía a Shen Miao, que era su jefe, pero sabía que siempre y cuando pidiera un pequeño bocado, su generoso CEO le permitiría tener al menos un pequeño bocado de este manjar que olía mejor que cualquier cosa que hubiera comido nunca. ¿Quién habría pensado que una simple mazorca de maíz podría oler tan bien? Las que se cultivaban y criaban artificialmente no podían ni acercarse a este maíz, que no olía como las falsas.

¡Era realmente el verdadero!

Yan Sui sabía lo que estaba pasando por la cabeza de Xiao Huai, pero el problema era que él estaba pensando lo mismo, al principio, no pensaba mucho en esta mazorca de maíz, pero ahora que se había enterado de que esto era una cosa tan buena, quería tomar un pequeño bocado de este maravilloso manjar, y lo más importante, Mo Qiang también estaba dentro de la oficina, siempre y cuando se disculpara y mostrara interés, ¡podría ser capaz de comprar unas cuantas mazorcas de maíz él mismo! ¿Cómo podría renunciar a esta oportunidad?

Si le permitía a Xiao Huai entrar entonces, ¿no significaría que Xiao Huai sería el que reservaría estas mazorcas de maíz antes que él? ¿Y si sólo había una pequeña reserva de ellas? Si esas fueran arrebatadas por Xiao Huai, entonces ¿no estaría arrepentido?

La gente que vivía en la estrella imperial no carecía de dinero, lo que les faltaba era buena comida, así que cada vez que aparecía algo bueno, no perdían el tiempo comprándolo. ¡Y las cosas buenas no duraban mucho!

"Yo...yo iré y se lo daré al CEO Shen, no hay necesidad de que te molestes," Yan Sui inmediatamente miró hacia otro lado traicionando los muchos años de amistad no plástica que tenía con Xiao Huai. "En cuanto a Pei Yang sólo pídele que espere, yo volveré y entonces me ocuparé de él, no te estreses".

Xiao Huai entrecerró los ojos, conocía a Yan Sui desde hacía mucho tiempo. Dado lo furtivo que Yan Sui estaba actuando no era sólo por la mazorca de maíz había algo más... ¿pero qué? Mientras empezaba a pensar cuidadosamente, Yan Sui, que finalmente encontró una abertura, se dio la vuelta para colarse de nuevo en la oficina de Shen Miao.

Pero ni siquiera tuvo la oportunidad de dar un paso fuera de la cocina de la secretaria cuando sintió que Xiao Huai le agarraba del hombro y le susurraba fríamente al oído mientras su cálido aliento caía sobre la oreja de Yan Sui como un demonio, " Mo Qiang fue quien trajo esto ¿verdad?".

Guía para domar a mis maridos villanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora