❝ sin querer fue que yo te empecé a querer, aunque no somos nada ya me lo dijiste bien ❞.
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07 | kika.
el pecoso de ojos castaños visualiza todo el vip en busca de sus amigos, como era costumbre, él y su grupo -compuesto por anselmino, langoni y zeballos -siempre llegaban tarde.
—¡ya los ví! —grita luca por encima de la música.
jabes despega su atención de una morocha que se encontraba a pocos pasos de ellos bailando sensualmente al ritmo de ‘asesina’ de brytiago & darell.
antes de que pudiese responder, sus amigos comenzaron a avanzar, dejándolo atrás.
una sonrisa se asoma en sus labios al ver a sus compañeros sentados mientras charlaban y tomaban.
con interés, jabes llevo su mirada hacia kevin, quién se encontraba solo.
¿y martina? » pensó.
decidió evitar preguntar, no quería verse intenso o algo por el estilo, no es como si hubiera ido solo porque ella también iría, ¿o si?.
luego de saludar a los presentes, el pecoso toma asiento junto a blondel y morena.
—¿y esa cara? —le jode lucas sonriente.
more ríe bajo y le ofrece su bebida.
—no, nada —le responde a su amigo y luego le da un sorbo al trago.
—¿es porque no viste a la rubiecita esa?.
jabes revolea los ojos ante el comentario de su amigo —¿eh?.
el de lunares le hace montoncito —si, hacete.
—¿quién? —pregunta morena.
—nadie, este está re flasheando —dice jabes rápidamente.
—la hermana de kevin, amor —le responde lucas —si vino, se fue a comprar para tomar con la novia de el equi.
jabes asiente fingiendo que dicha información a él no le interesaba, claramente sí lo hacía.
cuando voltea a su derecha, observa al dúo de la pelinegra y la rubia acercarse.
un suspiro se escapa de sus labios al observar embobado la figura de martina, estaba preciosa.
sus pupilas se dilataron al observar las largas piernas descubiertas de la chica, y como si se tratará de un pendejo hormonal, una oleada de calor recorrió su cuerpo.
la rizada hablaba animadamente con su amiga mientras dejaban los botes con hielo, más vodka y speeds en la mesa, sin percatarse aún de la presencia de el colorado.
—¿por qué tardaron tanto? —pregunta kevin interrumpiendo la interesante conversación que las chicas tenían.
—había mucha gente, no nos atendían nunca —dice kiara haciendo una mueca.
