+｡:.ﾟ𝐈 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐞𝐬𝐬ﾉﾟ.:｡+ﾟ// 𝘚𝘢𝘯𝘦𝘬𝘢𝘯𝘢 //

˖⋆࿐໋ / Úₙᵢcₒ \⋆｡ ﾟ☾ ﾟ｡⋆

- Te amo...- Lo único que su débil voz pudo pronunciar.
- ¿Y por eso lo golpeaste?, ¿por qué me amas?- Ella se veía enojada, muchas pruebas, cero dudas.
- Kanae yo...- Él se arrepentía, juraba que golpeó a ése imbécil para que viera lo que en realidad es, un verdadero imbécil.
- No Sanemi, me estás mintiendo, no debiste de golpear a Shuta así, ahora debo ir al hospital para disculparme por tú culpa, tú y yo ya no somos amigos.- Y ella simplemente se alejó, dejándolo con el corazón hecho pedazos.

- ¿Y bien joven Shinazugawa?, ojalá y perdone al joven Ishikawa- El director era muy firme, como en actitud y voz.
- Por favor Sanemi, perdona a Shu-kun, sólo está vez.- Aún con una expresión seria en su rostro, Kanae le rogaba al albino el perdón.
- ¿Y mi dignidad?- Contestó el chico.
- *suspiro* Bien jovén Shinazugawa, sino pide el perdón, lo tendré que expulsar tre días.- Amenazó el director, donde el chico agarro sus cosas y se dirigió a la puerta.
- Creó que será lo mejor.- Indicó el chico, dándole un fuerte azoton a la puerta.

Al ver que ya nadie estaba alrededor, se dispuso a llorar, ¿por qué lo Kanae no le creyó?, la verdadera pregunta era, ¿por qué era tan vulnerable con ésa chica?. Llegó a su casa, donde sus demás hermanos se sorprendieron de verlo tan temprano, de verdad demasiado temprano, el lanzó su mochila a un sofá cercano y se dirigió a la cocina.

-  ¡¿Sanemi?!, ¡¿y Genya?!- Gritó la señora Shinazugawa.
- Tranquila mamá, Genya sigue en la escuela, simplemente me expulsaron porque golpeé a un imbécil.- Reconoció el albino.
- *suspiro* Sanemi... ¿Cuánto tiempo?- Preguntó la madre con un tanto de irritación.
- Tres días, pero ¿Sabes?, tomaré la beca a Estados Unidos.- Informó el chico con la mirada baja.
- ¿De verdad Sanemi?
- De verdad mamá, llamaré ahorita mismo, seguro que me iré entre mañana o el jueves.- Explicó el chico.
- *suspiro* Está bien, pero, prométeme que me llamarás todos los días, sabes cuanto me preocupo por ti, y más porque es el otro lado de mundo cariño.- El tono de voz de la señora era entre ternura y preocupación, posó una mano en la mejilla de su hijo, acariciando suavemente con el pulgar.
- Lo prometo mamá, te quiero.- Sonrió ligeramente el chico, mirando a su madre con ternura.
- Y yo a ti, mi Sanemi.- Unas lágrimas escaparon de los ojos de la señora Shinazugawa, quien está abrazó fuertemente a su hijo y el supo que tenía que aceptarlo.