Observaba el reino de Cavan a la distancia desde lo alto de una montaña, justamente en aquella montaña donde existe una cabaña acogedora que ha sido nuestro refugio cuando no estamos en Maramures.
Sabía perfectamente que Vlad se encontraba en el castillo, pero desconozco el objetivo de su decisión.
—¿Deberíamos bajar?— pregunté al escuchar aproximarse los pasos de Caspian por detrás.
—Creo que por el momento no— respondió tocando mi hombro mientras yo permanecía inerte observando. —De hecho, creo que ese lugar ya no debería existir siquiera.... No sé a qué ha venido, Vlad—
—Yo tampoco lo sé..... Espero que esté bien—
—Bueno, debemos darle su espacio por ahora. Su boda fue arruinada y está desdichado, al menos Apostol y las brujas lo siguieron para hacerle compañía—
Un dolor se clavó en mi corazón. A pesar de que Vlad ya es todo un adulto, para mi sigue siendo mi pequeño niño.
—Me alegra que hayas escogido muy bien a Apostol— volteé a verlo y tomé sus manos.Había algo que ha invadido mi mente por mucho tiempo, y creo que era tiempo de hablarlo seriamente con Caspian. Era un pensamiento que al principio comenzó cómo una idea, luego como un deseo y ahora se ha vuelto una obsesión.
Es como si fuese una necesidad para darle sentido a mi existencia... a mi eternidad, sin embargo, requiero de Caspian para obtener lo que anhelo.
—¿Sucede algo, querida?— preguntó con cierta extrañesa en su mirar.
—Hay algo de lo que quiero hablar contigo, y es muy importante para mi—
—Dime de que se trata— Respiré hondo y lo miré a los ojos.
—...... Quiero tener otro hijo— solté sin ambages. Él se sorprendió por mi respuesta que incluso le costaba pronunciar alguna palabra.
—Vaya! Me dejas sin habla..... Yo... no sé que responderte— dijo anonadado y soltó mis manos para llevar las suyas a su cabello.
—Siento que podríamos intentarlo—
—Querida, casi te cuesta la vida cuando Vlad nació — replicó.
—Lo sé, pero eso fue porque yo era humana. Ahora, con la inmortalidad que me diste supongo que, podremos tener más hijos sin tener ningún problema, ¿no crees? Quiero volver a experimentar la ternura y la responsabilidad de criar a un hijo— dije con una gentil sonrisa.
—Aurora....—
—Caspian, yo quiero volver a tener a un pequeño entre mis brazos. Vlad ya es un adulto, difícilmente puedo cargarlo— reí con suavidad. —Pero, quiero aprovechar esta juventud y salud eterna para volver a comenzar...... para ser madre una vez más. Piensalo de esta manera, daremos a Vlad un hermano menor—
Él vacilaba pero se notaba la preocupación en su mirada, un sentimiento ambivalente que no lo dejaba decidir.
—Entiendo tu anhelo de ser madre una vez más pero, no tenemos reino. Vivimos en Maramures y de vez en cuando venimos a esta cabaña; creo que debemos renunciar a una cosa. Sí es a la comodidad en la que vivimos actualmente o, la posibilidad de recrear lo que alguna vez fuimos— Me dejó pensando tras poner esas condiciones. Él caminaba de un lado a otro con una obsesión por mis palabras.
La falta de entusiasmo de Caspian, su enfoque en los problemas prácticos, y su preocupación por la seguridad y el bienestar, contrastan fuertemente con mi pasión y la emoción que siento hacia la idea de tener otro hijo.—Aurora, ¿De verdad crees que ahora sería un buen momento para tener otro hijo?— dijo caminando hacia mi. —¿Qué pasará si nace siendo un vampiro también? ¿De dónde podremos darle sangre?—
—Creo que ese no es un problema, yo podría alimentarlo sin morir—
—Pero....—
—Está bien, Caspian, lo entiendo. Sé cual es tu respuesta— dije desanimada y caminé en dirección a la cabaña.Mientras me alejaba de Caspian, sentí cómo el peso de una incomodidad comenzaba a aplastarme. ¿Cómo podría él entender lo que significa para mí?
La eternidad es tan vasta, y sin embargo, dentro de mí arde este deseo, esta necesidad de sostener una vida nueva en mis brazos, de sentir esa conexión pura e inquebrantable que solo una madre puede comprender. ¿Cómo puedo explicarle que no se trata solo de un capricho, sino de un anhelo profundo que da sentido a mi existencia?
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Susurros de los inmortales
RomantikEn un castillo antiguo y oscuro, un príncipe vampiro vivía una existencia solitaria. Una noche, en sus sueños, vio a una mujer humana, su esencia irradiando luz en su mundo de sombras. Al despertar, supo que su vida había cambiado para siempre. Ell...