las cosas que antes me producían felicidad, ya no lo hacen.
y solo miro a mi alrededor, como siempre. Ethan me ha dejado a cargo de cuidar a Evelyn y llevar nuestras mochilas, mientras que él va a mear.
todo parece una mierda últimamente. el bosque frío, las hojas secas. todo tiene un color opaco y algo sombrío.
hago una mueca al ver a un cabeza hueca atado a un árbol, con las tripas saliéndosele. qué asco. como instinto, el idiota trata de alcanzarnos, estirando sus brazos hacía nosotros, gruñendo, pero no puede ni moverse.
la palabra "traidor" está escrita en un cartón sobre él, que está clavado en el árbol, con lo que parece ser sangre.
wow.
vaya mierda.
probablemente haya sido una mierda de persona en vida, y le dejaron allí para que le coman los cabezas huecas. o, simplemente, siendo una mierda de esas le ataron allí.
cuando siento un pequeño tirón en mi mano, volteó a ver a Evelyn, que me mira fijamente con sus grandes ojos verdes.
– ¿qué? – le digo yo, para que me diga qué es lo que quiere. ella voltea a ver alrededor.
– ¿Ethan va a tardar mucho? – me pregunta, volviendo su mirada a mí.
y yo hago lo que ella ha hecho hace unos segundos, miro alrededor, con el ceño ligeramente fruncido.
– probablemente ya esté de camino hacía nosotros. solo fue a vaciar la vejiga, Eve. – le respondo. decir la palabra "mear" frente a ella no sería correcto, según Eth. es una palabra muy "vulgar". y, a mí parecer, la palabra mear está bien, es algo normal del ser humano y algo que necesitamos hacer todos, ¿no?
– caminemos un poquito, ese cabeza hueca me da... miedo. – me pide ella, en un susurro, desviando su mirada al idiota atado al árbol. yo hago lo mismo que ella, desvío mi mirada hacía allá.
tiene razón.
bueno, no es que dé miedo. más bien, a mí me da asco.
y avanzamos un poco más, mi mirada se dirige al frente, notando un árbol caído.
– ¿nos sentamos allí? – le pregunto a Eve, la cual asiente ligeramente, y me lleva de la mano.
nos sentamos en el árbol caído, en silencio. solo se puede escuchar el ruido del aire moviendo las hojas de los árboles. hace unos diez minutos se ha ido Ethan, y nada que regresa. no se debió haber alejado mucho... ¿o sí?
justo cuando pienso aquello, escucho pasos detrás nuestro, y volteo a ver, atrayendo a Evelyn hacía mí, por instinto.
veo a mi hermano de pie allí, con un conejo en las manos, aparentemente muerto.
Evelyn voltea a ver cuando le suelto, al ver allí a Ethan, se levanta del tronco, y corre hacía mi hermano para abrazarle.
ella siempre fue más apegada a Ethan que a mí. es razonable, Ethan siempre estaba con ella, mientras que yo estaba en la escuela.
cuando Evelyn nació, Ethan estaba allí. cuando Evelyn dió sus primeros pasos, Ethan estaba allí, y también cuando dijo su primera palabra.
Ethan era un desocupado de mierda, que lo único que hacía en casa era quedarse a calentar el sillón. y eso me enfadaba más que nada cada que llegaba de la escuela.
pero, ahora que no tenemos casa, y mucho menos el mundo es como era antes, ya no me enfado con él por esas mierdas.
ahora mis enfados y discusiones con Ethan son por comida, un lugar en el que poder pasar la noche. y no solo por mí, sino también por Evelyn. ella es la que realmente importa.
– ...solo me he ido unos cuantos minutos. – la voz de mi hermano me saca de mis pensamientos, que abraza a Evelyn y le mira con una sonrisa.
alza la mirada, clavando sus ojos en los míos, y me da un pequeño asentimiento de cabeza como saludo, yo se lo devuelvo.
– conseguí un conejo. tendremos algo que comer hoy. – anuncia, mirando de nuevo a mi hermana, quien sonríe abiertamente, mirándole. aunque cuando su mirada se dirige al conejo, que tiene sangre en el costado, hace una mueca de asco.
y yo río por eso.
Evelyn y Ethan vuelven a verme, con el ceño fruncido. es extraño que ambos se parezcan tanto, hacen las mismas expresiones. si Ethan no se hubiese tintado de negro, se parecería más a nosotros.
un silencio algo incómodo nos invade durante unos minutos. hasta que Evelyn rompe el silencio y le empieza a contar a Ethan el cabeza hueca que encontramos hace unos minutos.
Ethan se hace el sorprendido, mientras caminan a sentarse a mi lado. él saca su navaja y empieza a ocuparse del conejo para que podamos comerlo. Evelyn no se queda callada mientras eso pasa, le cuenta cada cosa que se acuerda, mirándole con una sonrisa.
para cuando Ethan termina de hacer aquello, me mira.
– ¿aún tenemos cerillas? – me pregunta, y yo me encojo de hombros, sin saber.
por lo que, lo siguiente que hago es mirar dentro de su mochila. cuando encuentro el paquete, se lo lanzó, él lo atrapa en el aire y vuelve su mirada al conejo.
– ah, y... ¿Edgar?
alza la mirada hacía mí nuevamente, yo cierro su mochila y la dejo a un lado, mirándole aún.
– ¿qué?
– ve a recolectar madera para hacer una fogata. – me pide. y yo me quedo en silencio durante unos minutos, manteniéndole la mirada.
no me quejo, aunque quiero putear a los cuatro vientos. y me levanto del lugar en el que estoy, empezando a caminar en el bosque solo para buscar madera.
camino y camino, encuentro varios palos de madera, los cuales empiezo a cargar en los brazos. y me adentro más al bosque. no me preocupa realmente, sé ubicarme con facilidad, Ethan me enseñó a hacerlo hace un tiempo.
estoy concentrado en lo que hago, en buscar ramas y llevarlas en los brazos
hasta que, cuando alzo la vista, veo unas vías de tren.
camino hacía ellas, no sin antes dejar la madera en el suelo. cuando llego, algo me llama la atención. algo que no había visto nunca antes.
al lado de las vías del tren, un cartel gigante, con varios caminos que, al final, llegan a un solo lugar.
"Terminus.
Santuario para todos,
comunidad para todos.
los que llegan,
sobreviven."
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𝐌𝐲𝐬𝐭𝐞𝐫𝐲 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞.
Fanfictional iniciar el fin del mundo, Edgar se ve atrapado con sus hermanos en el hogar que le vió crecer durante muchos años. y cuando se animan a salir y vagar por las calles de Atlanta y sus alrededores se dan cuenta del verdadero peligro; los vivos. pero...