Siempre he sido una chica antisocial, nunca me ha dado por pertenecer a un grupo o algo... Solo no me interesaba, no tengo idea de porqué.
Mi nombre es Alice Grey. Vivo en la ciudad de San Diego, en California. Honestamente, me encanta esta ciudad, es bastante hermosa, sus playas... Todo la hace hermosa. Pero no estoy aquí de nacimiento; me mude por la universidad.
Tengo 18 años. Mis ojos son de un color gris que es difícil dejar de admirar (detesto decirlo, pero así fue como mis compañeras me etiquetaban). Mi cabello largo, de un negro bastante profundo, muy oscuro, se pierde en la oscuridad. Mi piel no era pálida, pero tampoco morena. Era un tono intermedio. Desde pequeña, iba solamente a escuelas para jovencitas, mi madre nunca me permitió mezclarme con jóvenes varones. Nunca entendí la razón. Al final, solo vine a esta ciudad para estudiar la Universidad. Realmente estaba nerviosa. Era el primer día que estaría en una misma aula con mujeres... Y hombres. Suspiré. Me encontraba en camino a la Universidad, con forme me iba acercando a aquel lugar, miraba a chicos y chicas. Chicas que vestían mini-faldas, luciendo sus bien formadas piernas y no tan bien formadas; blusas exageradamente escotadas. Muy pocas llevaban pantalón. No entendí como lograban hacerlo, estábamos en pleno otoño. Las hojas de tonos rojizos, marrones y anaranjados caían al piso dejando los arboles completamente al desnudo. A veces me preguntaba si no les daría frio, luego recordaba que eran simples arboles... Pero para mí, eran mucho más. Tenían vida, eso los hacía especiales para mí. De pronto un grupo de cabezas pasaron delante de mí, seguido de cabellos dorados y marrones. Un grupo de chicas iba caminando. Y entonces me pregunte, ¿no iba bastante simple a la escuela? Comparada a las otras chicas, yo solo llevaba un pantalón mezclilla, un suéter negro de cuello de tortuga pegado a mi cuerpo y unos botines del mismo color. Mi cabello suelto que cubría en una parte mi rostro empezó a moverse con el viento y mis pasos acelerados, iba a llegar tarde a mi primer día de clase. Mierda.
Y entonces, gracias a dios, mire el edificio, ya que camine más rápido, casi corriendo, tenía 10 minutos para llegar a mi casillero y luego ir a mi respectiva aula. Camine por el pasillo, cada momento que sentía unos ojos sobre mis hombros solo baja la mirada. Tuve que ir de un lado del edificio a otro solo para saber cuál era mi maldito casillero. 117. Fui rápidamente, ese casillero se encontraba cerca mi aula que me toca a primera hora todos los días. Agradecí en cuanto llegue a mi casillero pues ahí rápidamente por unos instantes fingí enviar unos mensajes por mi celular para que las personas creyeran que hacia algo importante. Realmente solo trataba de recordar la clave de este; cuando lo logre desbloquear, mire que me quedaban 3 minutos para entrar a clase entonces abrí mi casillero y saque lo que no necesitaba en esa clase, como lo era mi cuaderno de dibujo, unos audífonos negros, un cuaderno extra y plumas que llevaba por si perdía las que llevaba conmigo.
Volví a suspirar. Estaba realmente nerviosa, cerré lentamente mi casillero y me acerque al aula, la puerta se encontraba abierta, así que me asome levemente cuando una bola blanca voló a gran velocidad frente a mi cara.
-¡Ja! Te dije que alguien se asomaría, dame mis 50 pavos ahora.- Dijo un chico, era de cabello castaño claro y piel pálida, tenía ojos negros y lentes, al igual que pecas en sus mejillas, vestía una camiseta naranja y un pantalón verde fosforescente. En mi humilde opinión, se veía como un idiota. ¿Cómo ese chico son todos? Entonces no quería conocer a ningún otro.
-Ahg... Bien, toma los 50, imbécil.- Dijo un chico de cabello negro algo largo, su cabello era completamente lacio y brillante, iba completamente vestido de negro. Era de un tono moreno claro. Su camiseta de manga larga y con botones, levemente abierta y sin fajar, su pantalón negro pegado a sus piernas, sus ojos azules, pero no un azul cálido. No. Este azul era más uno frio, uno que inspiraba peligro y adrenalina... Sensualidad y deseo también.
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Amor infernal.
Roman pour AdolescentsAlice Grey es una chica normal. No bebe, no fuma y no sale. En su vida ella siempre había estado en colegios para señoritas y nunca había conocido a un hombre. Ella se muda a la ciudad de San Diego para poder tomar su universidad, no sabía lo que le...