AMOR Y GUERRA

Heridas Abiertas

El silencio reino en mi interior, lo único que hice fue seguir a Daniel hacia el exterior de la tienda, afortunadamente no había más militares. Mi padre y mi tío ya estaban en la entrada esperándonos habian escuchado los disparos y temian lo peor.

- ¿Qué ha pasado?- preguntó mi tío Jesús

Mi padre se espantó al ver que estaba sangrando, y rapidamente salio del veiculo para dirigirse hacia mi:

- ¿Qué ha pasado? ¡CARAJO ANNA ESTA SANGRANDO!-gritó

-No pasa nada- traté de calmarlo- solo choque con un vidrio roto. Estoy bien

- ¡No Ana, escuchamos disparos!- dijo con la voz entrecortada -Quiero saber que paso.

-Sí fue un disparo lo que la hirió -interrumpió Danny- afortunadamente solo la rozó.

-¿Pero por qué se escucharon disparos?- preguntó mi tío alarmado - Vimos que tenías un arma, que le disparaste a ese soldado, acaso ¿Estan muertos?.

Daniel no respondió

-¿DANIEL, LOS MATASTE?-grito mi padre

Daniel guardó silecio de nuevo, miro hacia abajo observando la cangurera, despues me observó a mi y finalmente respondio:

-Solo... hice lo que tenia que hacer

Mi padre solo lo miró estupefacto no dijo ni una sola palabra, Danny pidio que subiera al automóvil rápidamente, mi padre lo imitó y subió a la camioneta, mi padre conduciendo y esta vez mi tio Jesus era el copiloto. Daniel y yo subimos en la parte trasera mientras avansabamos procedio a limpiar mi herida. Afortunadamente habíamos tomado un kit de primeros auxilios, gasas, alcohol, agua oxigenada entre otras cosas, me ayudó a limiar la herida mientras regresabamos a casa:

-Ouch- lancé un gruto ahogado- me duele

-Lo siento no quise lastimarte- respondio Danny

Lo miré y vi en sus ojos un vacío, una
tristeza profunda que venía de él como si algo en su interior se hubiera quebrado, como si los pensamientos estuvieran revueltos. Fue un largo viaje de 20 minutos hasta la casa de la abuela,
al llegar, mi madre se sorprendió al ver que estaba vendada, Daniel estaba ensangrentado y golpeado:

-¿Pero que les paso?-nos cuestionó

Padre procedió a contarle lo que pasó mi madre no lo podía creer, nos dirigio una mirada y no hizo más que llorar, Danny no quiso entrar en detalles y solo guardo silencio todo el rato.

Todos ayudaron a meter las compras a la casa, mi padre ya había estacionado el auto en la cochera de la abuela, quise olvidar todo y preferi distraerme un poco jugando con el Black Hayate pero al ser un cachorrito dormia la mayor parte del dia, mi hermana lo estaba cuidando mientras él dormía y ella leía su libro de asesinos cereales.

- He estado cuidandolo muy bien dijo dijo Lisa su nombre es Elizabeth pero de cariño le decimos Lisa- Hace rato entre los gemelos y yo le preparamos algo de leche...de ahi se quedo dormidito conmigo.

- Me alegra que lo cuides bien-Le respondi- el que cuidara cuando crezca

Mis tías y la abuela estaban acomodando las cosas en el cuarto de duministros, este era un pequeño cuarto de tres metros por por dos que hacía a su vez de almacén de alimentos secos, enlatados, etcétera, me dispuse a ayudarlas pero ya habian terminado asi que decidi no estorbar. Observé Daniel fuera en el patio atraves de la ventana de la cocina, estaba curandose una herida que tenía en el brazo un rasguño así que me acerqué a él:

- Déjame ayudarte.

Tomé el alcohol y empecé a pasarlo suavemente por su rasguño, se quejó en silencio, a pesar de eso el no quería mirarme la cara y yo sabía que algo ocultaba.