MY LOVE [Michael Afton y Tú].

.28.

                          Era un dia distinto, con un clima nublado, donde sentias demasiado frio, pero nada que un abrigo, un pantalón comodo y calido con calcetines no arregle, te levantas de la cama ante el llamado de tu madre, que te dio el recado de que Michael estaba enfermo lo cuál decidiste ir a ver que podias hacer por el. Entré tanto escandalo por parte de tu madre y al parecer de tu hijo.

                          Pensabas en algunas cosas al tiempo que acariciabas tu vientre mientras el Taxi te dejaba en donde por un tiempo fue tu casa, era feo ver de nuevo la que era tu casa, soñando con vivir ahí hasta tu vejez criando tus hijos. Sientes tu piel enchinarse.

                         Entras por la llave que aún conservas y ves acostado a Michael y tu lo ves con la mano en la cintura haciendo una mirada de reproche.

— ¿Enserio? Mentirle a mi mamá para que viniera a cuidarte.

— Linda, estoy muriendo... — Dice cubriendo su cara con una de las almohadas del sofa – Necesito de ti..

— Aja, claramente es imposible que te enfermes.

                          Michael se descubre sonriendo y poniendose de pie — Ya, no te enojes. Queria ver a mis bebes – caminas hacia a el — Lo que importa es que si viniste.

— Muy gracioso. Ya me viste ahora me voy.

— O no señorita, quedamos en algo y tu estabas por empezar a incumplirlo.

— Si pero hace frío.

— Tengo cobijas, calentadores.

— Michael...

— Enana.. Quedamos que pasariamos tiempo juntos, para limar las perezas entre los dos, también para estar cerca de ustedes dos. — Dice esto acariciando suavemente tu estómago ya de casi ocho meses, te sonrojas y el te ve con una sonrisa de lado — ¿Ahora eres timida? Ya olvidaste como te hice a este bebé.

                          Golpeas su brazo y este ríe, te limitas a poner los ojos en blanco quitandote el abrigo y sentandote en el sofá. Michael sin duda no habia perdido ese sarcasmo, con el que lo conociste. Estabas por sonreir pero te contuviste... El dolor era aun presente.

— Si no es mucha molestia, podrias darme un té,  tengo algo de sed.

— Ya te lo traigo, pero antes... — Toma un cojín y lo coloca detrás tuyo para no sentir tanto dolor — Mejor.

— Gracias... Cada dia me mata la espalda.

— Descansa, yo te atenderé.

                           Sentiste tan bien el cojin que hizo que te estires para recostarte y sin evitarlo quedarte dormida un poco acurrucada.

•••

                          Vuelves a tu antigua yo, la de dieciséis años que esta en su cuarto haciendo su tarea luego de un baño, tus padres habían llegado del trabajó lo cuál hacía que sintieras más en tranquilidad. Sin evitarlo llega a tu mente Michael...

                          Te cuestionas que deberia estar haciendo ahora mismo, bueno casi siempre viene a quedarse contigo charlando y charlando hasta ambos quedarse dormidos, luego de darse su primer beso casi no habia venido, quizas le incómodo, pero ese dia te dio entender lo contrario, a el le gustó pero...

                          Y si en realidad había decidido tomar distancia ya que quedaban mejor como amigos, conocidos. ¿Y si había conocido a una chica mas linda? Eso hizo que sintieras un terrible escalofrío y tuvieras como ganas de molestarte por esa prosibilidad.