La Misma Historia.

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La misma historia
Siempre es la misma historia con vos.
Nunca cambias.
Nunca cambiamos.

El verano acabo para los pequeños gemelos pines. Ahora debían volver y dejar atrás todas las ocurrencias de aquel pueblo que les dejara miles de anécdotas que muy probablemente recordarán toda su vida. Unas amargas, otras dulces... Pero no se arrepentían de haber llegado a aquel lugar.

La cabaña después de la partida de los jóvenes fue... Extraña en cierto sentido. Los primeros días fueron confusos, la costumbre de ver a los pequeños alrededor fue tal que causaba nostalgia ver sus habitaciones qué ahora estaban si sus pertenencias.

Soos quedo a cargo de la cabaña, mientras que Ford y Stan tomarían un largo viaje que no solo les ayudará a dejar atrás algunos momentos amargos, sino también les ayudará a perdonar sus pobres corazones que aún tienen heridas de lo vivido en el pasado, aquellas heridas que parecieran sanas pero aún siguen doliendo.

Antes de tomar el viaje Ford quemó todo, todo lo que tuviera que ver con aquella figura triangular qué tanto daño a causado. Su mente fría, su corazón decidido a dejar atrás. Trato de quemar he incluso se turno en golpear aquella estatua que había quedado en el bosque junto a su hermano. Quemo los billetes, pero Stan los tomó, retiró de su escritorio cualquier información confidencial y le prendió fuego. Bueno, no a todo. Cuesta dejar atrás aquello por lo que te esforzaste tanto en conseguir.

Duele dejar atrás a aquello que te costó tanto conseguir...

Dos mentes totalmente distintas pero iguales. Sabía que no funcionaria pero aún así...

Pero aún así duele.

¿Eso era dolor?  ¿Que clase de dolor?

Ahora se pregunta Bill. Sentado en aquella habitación blanca, trazando con tinta negra aquel libro de páginas ya malgastadas qué le habían dado para tratar de canalizar sus emociones.

Estupideces.

No pensaré en él. ¡Él me traicionó! ¡Maldita sea su existencia...! ¡Es igual a todos los estúpidos he imbéciles humanos!.

Tomó el libro y siguió escribiendo, redactando aquellos sucesos que vivió con aquella especie tan despreciable y a la vez tan interesante que eran los humanos. Estuvo desde sus inicios hasta que su propio deseo de destruir todo lo detuvo. Se condenó así mismo y aún así no se arrepiente de nada. No debería de arrepentirse de nada ¿Cierto...?

Las páginas se llenaban de datos, de notas he incluso de alguna que otra confesión pero obviamente agrega su toque cómico y sarcástico para que no suene tan... Tan íntimo, tan vulnerable.
Debía admitir que sus dedos dolían... Sus dedos...

Seis dedos.

¿Que estara haciendo?

Que se pudra el bastardo.

Penso rápidamente, no quería recordar como aquellos últimos momentos en el plano terrenal. La estúpida sonrisa triunfadora de Stan. De seguro se debe de estar burlando el maldito, y lo peor ¡es que el muy idiota cree que lo a vencido!.

De solo pensar en eso una sonrisa retorcida aparece en su rostro. Toma una nueva página y decide dedicarle una sección del libro a su querido y... Cercano amigo... “seis dedos”.
Aquel hombre que era igual de cínico qué él, solo quería reconocimiento, poder... No tan bueno como él mismo se quiere creer.

historias cortas. /Ford x Bill Donde viven las historias. Descúbrelo ahora