Fecha: 10 de octubre, 2007
Era una mañana fresca en pleno otoño, había mucha humedad por la densa lluvia que acababa de rociar todo, ayudando al huerto y las platas en general, claro, también los campesinos aprovechaban las lluvias para otras cosas importantes, pero en una casa, se levantó un chico de cabellera pelinegra, con vello facial, con una heterocromia bastante particular, era de complexión delgada, y su manera de vestir simplemente era usar negro desde su chamarra hasta sus calcetines, recién hoy, cumplió 18 años, al darse cuenta que en su pared marcaba las 8 de la mañana, bostezo y luego se levantó esperando la comida que le preparo su abuela
Vivía con ella luego de la desaparición de sus padres cuando sólo era un bebé, nunca los conoció y únicamente sabía de ellos por las historias que su abuela le contaba, y claro, fotografías, total, no le molestaba vivir con ese tipo de vida porque era bastante cómodo y le daba igual lo que le decían sus compañeros de escuela, se puso cómo de costumbre su playera negra con una calavera estampada en ella, y luego unos pantalones negros, le gustaba ir descalzo y bajo con toda su cabellera despeinada, una mujer de unos 62 años de cabellera castaña oscura, estaba en la cocina, había un delicioso aroma a unas albóndigas, está se dio cuenta de que el muchacho bajo
-Ay mijo, mírate cómo estás... Hoy es tu día especial, deberías de vestirte más alegre...- decía su abuela mientras miraba a su nieto quién tomaba asiento
-No te preocupes abue, estoy bien- contesto mientras se preparaba para comer -y que delicioso olor ¿Que me preparas?-
-Spaghetti con albóndigas, es tu favorito, siempre te comías las albóndigas y quedabas todo sucio mi niño- se rió su abuelita mientras preparo la comida para dársela -tambien te compré algo-
-A ver- se rió mientras veía cómo su abuela saco un papel envuelto y se lo dejaba enfrente de él y luego le dió un pastelito con una vela
-Feliz cumpleaños, Bailey- dijo mientras encendió la vela
Bailey sopló la vela y luego vio el regalo envuelto, le quitó la envoltura y vio que era un libro sobre los lobos, le pareció muy curioso pero le terminó gustando, los lobos eran de su animal favorito y no iba a despreciarlo de ninguna manera, el almuerzo no estuvo tan mal, Bailey sólo se vistió con su atuendo más "formal" y con unas calaveras cómo aretes, tomó su bicicleta y fue a la escuela cómo de costumbre
No tenía amigos y los pocos que tenía sólo se iban de su vida o se mudaban, cosa que no le importaba mucho, el pelinegro estacionó su bicicleta y le puso la seguridad por sí acaso, las conversaciones de sus compañeros eran muy molestos, de lo típico: moda, pareja, y cualquier cosa de entre los adolescentes
Bailey no le interesaba el amor o las fiestas, le gustaba estar solo mayormente, pero a veces necesitaba un compañero para compartir sus ideas, sólo entro a clases y por suerte, sus bravucones no estaban presentes, se sentó en su pupitre que estaba cerca de la ventana y él veía las hojas del otoño cayendo o cualquier ave posarse en la rama del árbol, mientras que todavía escuchaba palabras de sus compañeros, de pronto...
-Alumnos, conozcan a Klaus Becker, es su nuevo compañero...- presentó el maestro a un chico nuevo
Ese chico era alto, rubio, tez blanca cómo la nieve, y sus ojos azules claros cómo el cielo sin nubes, lo hacían ver tan única y una belleza exagerada...
Bailey presto atención aquél chico, pensó en ignorarlo pero no podía dejar de verlo, sentía que había algo en él...
-¿Podrías contarnos más de ti?- pregunto el maestro a Klaus
-Bueno, vengo de Alemania y me gusta mucho leer y aprender muchísimo, sobretodo de los animales, especialmente los lobos, me gustan muchísimo, eh dibujado muchos de ellos y ...- fue interrumpido por un alumno
-¿Y? Ya cállate porfavor, que no eres Mowgli- al decir esto, los alumnos que había se rieron (exceptuando a Bailey y al maestro)
-Silencio jovencito Matthew, luego hablamos...- suspiro el maestro pero luego miro a Klaus -toma asiento porfavor-
Klaus camino y vio un asiento vacío, afortunadamente fue junto con Bailey que esté lo veía con una sonrisa, se sentó y dejando su mochila
-Hola, soy Klaus!- dijo el alemán estusiasmado
-Mucho gusto, soy Bailey- saludo el pelinegro estrechando su mano
-Sabes, me acabo de mudar y a sido un poco difícil, pero hey, espero que podamos ser amigos...- decía algo tímido
Bailey no podía dejar de verlo, sentía que había algo muy especial en él, se sentía muy raro cerca de él, pero no le dió importancia y continuaron las clases... A la hora del almuerzo, Bailey y Klaus se sentaron juntos mientras hablaban un poco de sus vidas
-Bueno, mi padre consiguió un trabajo en Inglaterra y ya estamos aquí, ya sabes- explico Klaus comiendo de su lonche -en Alemania, no tenía muchos amigos, eh estado solo, y espero hacer la excepción aquí-
-Bueno, eh estado solo muchas veces y mis amigos siempre se van de mi vida...- exclamó pero Klaus le tocó el hombro
-No te preocupes, yo estaré aquí por un buen tiempo!- dijo para motivarlo
Al terminar la escuela, los nuevos amigos iban caminando, Bailey decidió llevarlo a su lugar favorito que sólo él mismo conocía, era un bosque pero con un lago cerca, al llegar, había un hermoso sonido, gotas de la lluvia adornaban el césped, y las aves cantaban, el sonido del agua se escuchaba, y el rubio estaba muy maravillado por la belleza del escenario natural
-Wow que hermoso...- decía embobado mirando el lugar favorito de su nuevo amigo
-Sí, nadie más lo conoce excepto yo y también tú...- rió mientras le ponía su mano en el hombro de su nuevo amigo -nisiquiera mi abuela sabe de esté lugar...-
-No te preocupes, tendré tu secreto guardado conmigo- sonrió el alemán
Ambos se recostaron en el suelo, mirando las nubes cubriendo todo, pero todavía era de día
-Sí fueras un lobo ¿Cuál serías?- pregunto Klaus
-Un lobo- contesto sin ningún problema o duda -sinceramente, me vendrí
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~Run Free~
WerewolfRelato sobre un muchacho que acabo descubriendo ser un hombre lobo...