16. Tranquilidad en el reino

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Unos días pasaron, mismos en donde Alexis estaba siendo preparado para calificar perfectamente como rey y mismos donde la paz reinaba en esas tierras gracias al anterior mencionado

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Unos días pasaron, mismos en donde Alexis estaba siendo preparado para calificar perfectamente como rey y mismos donde la paz reinaba en esas tierras gracias al anterior mencionado. Al joven chico le enseñaban modales, literatura, escritura, poesía, hasta le enseñaban a cocinar, pelear, usar armas y a bailar, toda una rutina ocupada y pesada.

Se levantaba temprano para comenzar con sus clases y era horrible, no sabía como era que los reyes hacían todo, era ridícula la cantidad de cosas que debía aprender a hacer... ¿Saber tejer era necesario? No lo creía, pero le gustaba tejer.

"¿Por qué mi corona no es como la de los otros reyes?" Preguntó el nuevo rey con un bufido.

Llevaba unos minutos sentado en un elegante sofá, el pintor del rey le estaba haciendo su propia pintura, esa típica pintura de la realeza.

En la misma sala estaba Sebastián y los concubinos, estos últimos sentados en una mesa redonda viendo con ojos atentos, les llamaba la atención la hermosura de su rey Alexis.

Alexis vestía con un vestido pomposo, pantalones blancos bajo este, sus zapatos de tacón, su corona y su velo que ahora estaba a los lados de su rostro descubierto este. Sus joyas y su medallón por supuesto que estaban allí. ¿Su rubí? Ya no tenía ese collar, el anterior rey lo tomó y ordenó que estuviera en su corona. Ya no era un collar, ahora era su corona y le quedaba de perlas.

"Por que el rey Iván Buhajeruk así lo pidió, su majestad." Respondió Sebastián mientras bajaba la bandeja de té en la mesa, misma que estaba siendo ocupada por los concubinos. "De otra forma, podría haberse hecho daño. Las coronas como las de su majestad Iván Buhajeruk son muy pesadas, él se preocupó en que su corona fuera lo más cómoda posible para usted, su alteza."

Alexis no pudo evitar sonreír con sus mejillas suavemente teñidas de rosa. Le encantaba como su rey podía ser tan atento a los detalles en silencio.

"Su corona es muy hermosa, su majestad." Dijo Abril con una dulce sonrisa.

"Gracias." Sonrió él en respuesta.

"Su alteza Iván Buhajeruk quiso que la corona de su majestad fuera perfecta." Dijo el moreno hablando una vez más manteniendo su pose firme con sus brazos a su espalda.

"Pues, sí lograron en que lo fuera en su totalidad." Añadió el chico de el grupito de cuatro con una sonrisa. "Me gustaría usar una algún día."

"Tú solo quieres usar vestido, Molly." Le dijo Ama riendo suavemente contagiando a las otras. Molly solo hizo un puchero fingiendo tristeza.

"¿Es cierto, Molly?" Preguntó Alexis para mirarla algo sorprendido.

"Oh, no, yo—"

"Si es lo que deseas, puedes hacerlo." Le dijo con tranquilidad.

"¿Qué—" Molly miró a las demás concubinas con sorpresa para volver a mirar a Alexis. "Su alteza, ¿habla en serio?"

"Claro, ¿por qué no?" Asintió con una sonrisa para mirar a Sebastián. "Sebastián, ¿puedes llevarle a buscar algo para ponerse?"

"Por supuesto, su majestad." el moreno hizo una reverencia para ir a la puerta luego de asegurarse de que Molly le seguía, poco después abandonaron la sala. Las demás concubinas se quedaron y continuaron tomando del té con sonrisas en sus rostros, se les veía muy tranquilas y contentas.

La sala en la que estaban tenía distintos cuadros, no todos estaban terminados, habían lienzos a mitad y otros completados colgando de las paredes. En uno de todos estos cuadros había uno del anterior rey, se le veía con una armadura y agarrando una espada, bastante heroico, la verdad.

Amairani no dejaba de ver todos los cuadros, el que más le llamó la atención fue ese. La razón de esto era por que recordaba ese rostro.

"Disculpe, su majestad." Llamó la misma chica volteando a ver a su rey. "El rey Buhajeruk, ¿cómo es él?" Preguntó llamando su atención, hasta las otras concubinas pararon sus orejas ante la interesante pregunta.

El pelinegro se tardó un poco en contestarle a su concubina. No era una pregunta fácil y se sabía.

"Él... Es cruel." Dijo Alexis poco después sin dudarlo. "Es un tirano sin corazón. No tiene empatía, ni siquiera puede soportar si alguien respira fuerte a su lado, incluso mata por ello."

Las chicas le miraron sorprendidas, no esperaban esa respuesta. Pensaban que el pelinegro iba a decir algo totalmente distinto, por lo que vieron, el rey Alexis y el rey Iván mantenían una relación más profunda de la que creían. Pero el chico no acababa de dar sus explicaciones, apenas comenzaba.

"Pero, Iván Buhajeruk..." volvió a hablar. "Es dulce. Tiene un corazón grande, aunque es incomprendido. Le gustan los gatos y le gusta el té. Puede pasar horas estudiando y perfeccionando su técnica de escritura para que sea perfecta." Con una sonrisa les miró antes de darse la vuelta para seguir mirando al pintor no tan lejos de él.

Las chicas sonrieron ante el pensamiento de que su rey estaba enamorado de el rey Buhajeruk. Era tierno verle con sus mejillas rojas.

"¿Disculpe?" Llamó Alexis al pintor haciendo que se detuviera.

"¿Sí, mi señor?" El hombre mayor le miró atento.

"¿Es posible añadir a Micha en el retrato?" Le preguntaba con una sonrisa esperando que la respuesta fuera positiva.

"Si así usted lo desea, por supuesto que sí, mi señor."

Esta respuesta emocionó a Alexis, quién rápidamente llamó a su gatita con suaves chasquidos al aire. La felina saltó del sofá donde descansaba al otro lado de la habitación y corrió hacia su amo con saltos de por medio hasta llegar a él. Una vez a su alcance, Alexis la cargó y la sentó en su regazo para acariciarla.

Las concubinas le miraron aliviadas de que este fuera su rey, odiarían ser concubinas de aquel malvado hombre que casi las mataba el primer día que llegaron. Definitivamente preferían a Alexis antes que a cualquier otro hombre en el mundo. Gracias a él el reino estaba tranquilo y ya no se derramaba sangre en los pasillos, podían confiar en que dormirían en paz.

"Su alteza, tan pronto termine debe ir a su clase de danza." Le dijo una sirvienta con una sonrisa desde la puerta luego de que le permitieran entrar.

"Claro, gracias por decirme." Alexis suspiró fastidiado pero no dijo nada más permitiendo que la sirvienta se marchara luego de hacer una reverencia.

Así pasó la primera semana desde que las tropas marcharon. Aún no se sabía nada sobre Iván.


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Heartless tyrant [Spreeckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora