Se pasó el rímel por las pestañas lentamente para que sus ojos azul verdoso se agrandaran aún más. Había dejado su vestido sobre la cama para que no se arrugara. Aquella noche dependían de ella demasiadas cosas, no solo el éxito de Mark, también su destino con él. Sarah se pintó sin querer un párpado.
—Maldita sea. —murmuró antes de alcanzar una toallita húmeda y arreglarse el maquillaje.
No estaba nerviosa, solo ansiosa. Después de haber meditado sobre ello todo el día se daba cuenta de que sus sospechas cada vez concordaban más, y eso le complicaba demasiado las cosas. Por ahora todo le había ido estupendamente, desde el primer momento que habló con Mark supo la clase de persona que era, demasiado bueno como hacer daño a nadie, por eso sabía que lo tenía en sus manos, y mucho más después de su ruptura, ahora le haría sentir tan culpable que podría pedirle que hiciera lo que sea.
Pero esa faceta suya también era un gran inconveniente, a Sarah le costó varios meses apartarlo de sus amigos, pero después de todo ese tiempo lo consiguió. Sin embargo, había sido una estúpida no dándose cuenta de que el gran problema era Jackson. Jamás habría imaginado que precisamente Jackson sería el que se opondría al cambio de Mark, ya que éste era prácticamente igual.
Sarah se estrujaba la cabeza pensando en cómo afrontar ese último obstáculo, si lo lograba entonces Mark volvería a estar con ella, estaba totalmente segura de ello. ¿Pero cómo iba a lograrlo? Ni siquiera sabía exactamente qué tipo de relación tenían. Prefería pensar que solo se trataba de una fuerte amistad, y seguramente sería así, pero no estaba segura.
Aquella noche no se despegaría de Mark, lo mantendría lo más apartado de Jackson como fuera posible. Si hubiera sabido antes de las intenciones del rubio habría comenzado enemistándolo con él.
Furiosa, Sarah guardó el maquillaje en su estuche y comenzó a vestirse. Iba algo más tarde, debía hacerse esperar, pero con solo pensar que en ese preciso momento podría estar Jackson envenenando a Mark en contra de ella se tensaba. Calzó sus tacones y se miró una última vez al espejo para alborotarse un poco el pelo y dejarlo natural. Las chicas de su hermandad ya estaban todas en la fiesta, bajó a prisa las escaleras con rapidez a pesar de sus altos zapatos, y salió a la cálida noche. Ya podía escuchar desde la puerta de su hermandad la música de KAE.
Había dejado en la habitación de Mark unos nuevos vaqueros, una camiseta de cuello en pico y una chaqueta de traje que hacía juego con el vestido de Sarah. Debía mandar el mensaje a todos los presentes de que eran pareja. Había gente fuera bebiendo, eso era señal de que dentro ya había suficiente ambiente. Un par de chicos con las mejillas sonrosadas levantaron sus vasos al verla.
—¡Eh Sarah, dile a Tuan que gracias por la fiesta! —exclamó con voz melosa propia de un borracho.
Sarah les lanzó una mirada de asco.
—Es repugnante que ya estén borrachos. —dijo antes de dejarlos atrás y entrar en la fiesta.
Como había supuesto, la fiesta ya estaba en su punto fuerte. Los de KAE tenían esa especialidad para hacer funcionar una fiesta, aunque el alcohol y las drogas también ayudaban. Todo el mundo fue invitado a la fiesta, y la gente se animó mucho más a venir para desconectar del horror de los exámenes, una buena fiesta era lo que todos necesitaban en ese momento. Pasó su mirada por toda la estancia buscando a Mark o a Jackson, pero ni rastro de ninguno de los dos, y no sabía si eso la tranquilizaba o la alteraba aún más.
—¡Sarah! Ya comenzaba a extrañarte... —Tom se acercó a ella por detrás. Sarah pudo sentir su aliento en la nuca, se giró lentamente y le lanzó una mirada de indiferencia. Al tenerla cara a cara, Tom la miró de arriba a abajo. —Estás guapísima.
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Sólo dos cosas - 爱 // Markson
Fiksi PenggemarSegundo libro de la trilogía. → Sólo dos cosas - 爱 Nadie podría imaginar que Mark y Jackson, antiguos rivales del instituto, ahora sean pareja, y mucho menos ellos mismos. Tras un verano perfecto, alejado de la presión del instituto, sus compañero...