n o t i t a s p a r a h é c t o r [guiufort]

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Capítulos más cortos que mis ganas de vivir. Chau

"Me gustas, demasiado sinceramente.
No sé qué mierda has hecho conmigo que desde que tengo uso de razón ando entontado por ti. 

Eres la verdadera definición de perfección, Héctor .
El omega más perfecto que yo quiero para mí. " 

El menor suspiró, miró horrorizado la pequeña nota mientras la doblaba nuevamente.  Miró a sus alrededores, ninguno estaba presente porque llegó súper tarde. 
Era tal vez la quinta notita de la semana. Pero no lograba averiguar quién era este desdichado ser carente de amor que se había enamorado de él. 

Fingía no emocionarse aunque por dentro se derretía por las tontas notitas, palabras bonitas que jugaban a la pelota con su corazón. 

—Mierda de situación... — susurró, en catalán para evitar que alguien más lo entienda. 

— ¡Héctor ! No planeas salir dice el míster, Hansi. — Un enérgico cachorro entró gritando a los vestidores. Héctor  se rió, últimamente Guillem se la pasaba llegando a gritarle sobre que debe salir cuando él se quedaba en su trance después de leer las notas. 

— Voy... — dijo el mayor mientras se reía de cómo el menor estaba con la cara roja, Guillem era un amor. Pero su cabeza estaba en otra parte, sinceramente. 

Cuando se unió al primer equipo se dedicó a estudiar a cada uno de ellos como lo ha hecho los días anteriores. Por lo menos a los que conocía. Descartando a algunos que simplemente son muy serios para esas cosas, porque de algo estaba seguro. El que le escribía era un alfa y los que no se les veía capaces de escribir algo como una carta para un omega eran los mayores. Aunque dudaba siquiera que uno de ellos se interese en él. Si tienen a sus omegas. 

—Hasta que sales... — Una risita acompañó a lo que dijo Garcia, quien raramente tenía puesto sus anteojos, cuando en las prácticas no debería. —Hoy no práctico, debo hacerme unas revisiones. — respondió el joven alfa ante la atenta mirada que le dio Fort a las gafas. 

—Bien... — respondió, no siempre era de hablar mucho, uno porque se estaba adaptando con los otros que no conoce. Y dos, porque no todos se acercaban a él cuando no usaba supresores en la filial era muy común que siempre deba usar inhibidores. Porque según su aroma y la casta dominante que predominaba en él, no les gustaba. 
Todos se lo decían, y no le molestaba. Pero siempre evitaba venir sin parches a los entrenamientos. 

Le echó una última mirada a todos, pero nadie actuaba sospechoso. A lo mejor era algún personal del club, eso sí que era raro. 
Negó riéndose, antes de correr a tomar alguna de las pelotas y jugar con ella un rato. 

Después de todo y nadie era tan tonto como para declararse a través de una nota. 

Continuará...

Más corto que mi vida los capítulos serán.

Pato💥