Prólogo 2 - Entre broma y broma

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Bruno dejó atrás a su madre, saliendo de su habitación mientras tocaba madera. Sabía que debía actuar rápido por el bien de su sobrina.

En la mesa había un ambiente tan tenso que podía cortarse con un cuchillo.

- Si eres princesa, ¿tienes algún consorte? - Preguntó Julieta intentando mantener la conversación.

- No, tampoco busco ninguno, soy perfectamente capaz de cuidar el bosque por mi misma.

- ¡FAMILIA! ¡Buenas noticias! - exclamó Bruno emocionado, opuesto al tenso y callado ambiente que se respiraba en la mesa - Con Elsa la magia estará mejor que nunca. - Todos en la mesa se giraron a verle, preguntándose qué vio para provocar esa extravagante reacción - Vaya ambiente más frío, mejor siéntate junto a mis sobrinos, te llevarás mejor con ellos - Casita recolocó las sillas para que Elsa pasara de estar en un extremo de la mesa, rodeada de los adultos a estar en la parte de los primos, con Isabela al frente.

- ESA FORASTERA VA A DESTRUIR NUESTRA FAMILIA - Alma gritó con tanta furia que asustó a todos los presentes.

Todos se alarmaron, pero no supieron cómo reaccionar porque Bruno y Alma tenían opiniones radicalmente opuestas. Segundos después se giraron hacia Elsa. Tanto su silla como su alrededor estaban congelados y nevaba sobre ella.

- Pepa, la nube - dijo Félix.

- No es mía.

- Es mía - Elsa deshizo el hielo y la nevada y se puso en pie - Soy la guardiana del Bosque Encantado, éste título viene acompañado de poderes mágicos, controlo el hielo y la nieve - quiso continuar, pero fue interrumpida.

- NO ME IMPORTA, FUERA DE MI CASA - nadie sabía qué decir.

- Sé que en ocasiones llego a perder un poco el control sobre mi magia, pero aprendí a no dañar a nadie, gracias al amor.

- NO HABLES TÚ SOBRE AMOR.

- Ma', cálmate - Bruno intervino, agarrándola por los hombros - ¿Hermanitas me ayudáis? - Pepa y Julieta se levantaron de la mesa, rodearon a la abuela y desaparecieron en la habitación de Julieta.

Todos quedaron en un silencio incómodo.

- Entonces... ¿No quieres congelarnos ni robarnos la magia? - Camilo fue el primero en hablar.

- Vine aquí para aprender sobre la magia y estudiar sus orígenes. Y no, no tengo nada en contra de vosotros. Tampoco me gustaría poner a toda una familia con poderes en mi contra.

- Vamos a comer, estarás cansada por el viaje y parece que la abuela necesitará un buen rato para aceptar que una extranjera venga de visita - dijo Félix, levantándose para servir la comida, acompañado de Agustín.

Durante el almuerzo Mirabel explicó los dones de cada uno - Antonio recibió su don recientemente, puede hablar con los animales - el niño sonrió orgulloso - Camilo puede transformarse en quien sea - Elsa miró en su dirección pero se encontró a sí misma saludándola - Dolores puede escuchar hasta el sonido más leve desde cualquier lugar.

- ¿Eso no es muy molesto? - preguntó Elsa.

- Ahora no, este chisme vale oro - dijo Dolores concentrada en otra conversación.

- Ella es Isabela - continuó Mirabel - puede crear cualquier planta - Isabela creó un cactus sobre la mesa, coronado con una flor, arrancó dicha flor y la colocó en el cabello de Elsa, dándole una sonrisa mientras hacía desaparecer el cactus.

- ¿Qué has escuchado? - preguntó Félix, al lado de Dolores. Dolores le susurró algo al oído y abrió los ojos como platos de la sorpresa, susurrándoselo a Agustín justo después.

- Y terminando con los dones en la mesa tenemos a Luisa... - fue interrumpida por su padre.

- Que ¿qué? - Gritó Agustín.

Entonces Camilo empezó a toser. Dolores, que estaba susurrándole algo, se retiró cuando notó la mirada de todos. Camilo, en un desliz de sus poderes, se transformó en Isabela y luego en Elsa mientras tosía, al darse cuenta de eso siguió mutando en toda la familia para guardar el secreto.

Rápidamente el secreto pasó de boca en boca por toda la mesa, todos sabían que en la visión de Bruno Isabela y Elsa están casadas, excepto las implicadas y Antonio. Lentamente las miradas se dirigieron a Isabela y a Elsa, ellas quedaron confusas.

- ¿Por qué somos las únicas que no saben qué ocurre en la visión de Bruno? - preguntó Isabela, indignada.

- ¿Visión? - preguntó Elsa.

- Mi tío puede ver el futuro. No sé qué sucederá en la visión, pero a juzgar por las reacciones parece que es sobre nosotras - Elsa quedó pensativa, según Bruno era algo bueno pero la Abuela estaba espantada. Quiso probar algo.

- Isabela, cambiando de tema ¿alguna vez te han dicho que tu belleza es despampanante? - todos se asombraron ante el súbito halago y Elsa aguantó su risa al ver las reacciones.

- Me lo dicen demasiado, la verdad - dijo Isabela con una tierna risa - Siempre me forzaron a ser perfecta, pero nunca me gustó - notó las reacciones de su familia y al mirar a Elsa entendió sus intenciones - pero que me lo digas tú se siente diferente.

- No tienes que esforzarte por ser perfecta, Isa - Elsa agarró las manos de Isabela, sus miradas se posaron en los ojos de la otra - Serás perfecta si eres feliz - el tacto de las manos de la princesa se volvió más frío, Isabela sintió cómo crecían algunas flores en su pelo y en el suelo, sobre ellas empezaron a caer copos de nieve. Las caras de todos los presentes eran un poema, pero las tortolitas no tuvieron tiempo de reírse de las reacciones que habían provocado.

- Mamá la nube - gritó Camilo, recibiendo todas las miradas, algunas asesinas, por haber roto el momento - Perdón, la costumbre.

- Tendríais que haber visto vuestras caras - se burló Isabela - Es como si creyerais que voy a irme con Elsa a vivir en su bosque mágico - todos se sorprendieron, provocando que ambas chicas se rieran con intensidad.

- Sí, yo pensé lo mismo - dijo Elsa - Tu familia me agrada, Isa.

Elsa se levantó y rodeó la mesa hasta llegar a Isabela, Isa se levantó de la silla y se estrecharon la mano.

- Isabela, espero seguir en contacto con vuestra familia después de mi investigación, y que seamos amigas.

- Concuerdo con usted su majestad.

- Oh, señorita Isabela Madrigal, usted no necesita formalidades.

Mientras tanto, los trillizos habían logrado convencer a su madre de que las visiones no tienen por qué cumplirse cuando son a largo plazo, como aquella. Abrieron la puerta de la habitación para que la abuela se disculpe con la princesa, pero lo primero que vieron fue a Isabela y a Elsa poniendo a prueba hasta qué punto pueden llegar las reacciones de su familia chismosa. De algún modo la broma había escalado, Isabela se había arrodillado, sujetando delicadamente la mano de Elsa.

- ¡Oh, princesa de Arendelle, guardiana del Bosque Encantado! - dijo Isabela teatralmente - Sería un honor para mí que me sacara de Latinoamérica para visitar su bello lugar de origen.

- ¡ISABELA NO! YA TE CORROMPISTE BASTANTE - en su voz ya no se escuchaba enojo, si no desesperación. Poco pudo decir antes de ser arrastrada de nuevo al cuarto de Julieta.

- Piensa en el milagro, ma' - suspiraba Bruno.

La puerta se cerró, Isabela se levantó

- Dolores, sólo por confirmar... No nos besamos en la visión ¿verdad?

Clavel Antártico [Elsa x Isabela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora