Tal vez si fue así..

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—Siempre te tengo que cuidar; por sacar ese maldito celular, casi te matan. 

—¿Y yo qué culpa tengo? 

—No te sabes cuidar, Katy. 

—No tienes que cuidarme, estúpido. 

—ERES UNA MALDITA MALA AGRADECIDA, AGRADECE QUE TE CUIDO Y NO COMO TU PAPÁ QUE TE ABANDONÓ... 

—Ethan, ¿qué diablos acabas de decir? — dijo Camila. 

—La verdad. 

No dije nada; mis ojos ya estaban llorosos. 

—¿Estás bien? — preguntó Darrian. 

—Quiero ir a casa. 

—Vamos entonces, yo te llevo.  

Ethan solo se me quedó mirando; me fui con Darrian. Ethan se quedó como un estúpido parado, ni siquiera intentó arreglar las cosas.   

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—¿Qué diablos acabó de decir? Siempre arruinó todo — dije con mis manos puestas en mi cabeza. 

—Fuiste cruel con ella; deberías arreglar eso. 

—Tengo que ir a casa, vamos. 

Agarré mis cosas, me percaté de que Camila estuviera detrás de mí; no quiero dejarla votada, soy muy descuidado.   

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Estaba sentada en el mueble, las lágrimas caían por mi rostro, Darrian estaba a mi lado abrazándome. 

—Tranquila, seguro que él no quiso decir eso — dijo Darrian, mientras me abrazaba más fuerte. 

—Él hizo nada por arreglar las cosas, ni siquiera me pidió perdón.  

—Tranquila, él estaba enojado, por eso no lo hizo.  

Escuchamos la puerta abrir; Ethan estaba parado con Camila. 

—Katy, perdón, no quería decir eso. 

No dije nada, me paré del mueble y subí para ir a la habitación, cerré la puerta y me tiré a la cama. 

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—Deberías ir a arreglar las cosas, Ethan.  

—Eso haré.  

Subí las escaleras, toqué la puerta, pero nadie respondió; abrí la puerta y ahí estaba ella, acostada en la cama. Me acerqué a la cama, me senté y la abracé por detrás. 

—Perdón, sabes que nunca diría eso, fue un impulso.  

—No parece... 

—Perdón, en serio, no quería decir eso, sé que lo que dije fue muy fuerte, pero perdóname.  

Ella no dijo nada, se quedó callada. Me paré de la cama y caminé hasta la puerta. 

—Cuando me quieras perdonar, me dices; te voy a esperar. 

Iba a salir, pero ella me agarró del brazo, nos quedamos mirando y ella me abrazó. 

—Claro que te perdonó.  

『 Nunca Voy A Perder Contigo 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora