Dazai
El primer rayo de sol de la mañana me despertó, proyectando una cálida luz sobre mis párpados cerrados
Parpadee un par de veces, sintiendo como mi mente lentamente empezaba a procesar el entorno, donde ya sentia que no tenía fiebre ni malestar al menos no tanto.
El calor que sentía no era solo de la luz del sol o de la fiebre, pero había algo o mejor dicho alguien sobre mi, ejerciendo una leve presión en mi pecho.
Abrí los ojos y miré hacia abajo, Chuuya estaba dormido encima de mi, su rostro suavizado por el sueño, completamente diferente de la expresión de constante enojo que solía portar cuando estaba despierto.
Me sorprendió ver lo tranquilo que se veía, como su respiración era un ritmo constante, calmado, tan distinto a la intensidad con la que solía vivir cada segundo
El peso de su cuerpo, la calidez de su cercanía, el sonido de su suave respiración...era casi reconfortante, de una manera que no esperaba.
No había tenido a alguien tan cerca de mi en mucho tiempo y mucho menos de una manera que no fuera peligrosa o amenazante.
Sentí un impulso que no pude ignorar, levanté una mano con cuidado, llevandola a su cabello, sus hebras rojizas se deslizaba entre mis dedos, suaves, sedosas.
Era un gesto intimo, demasiado íntimo como si fueramos una pareja, pero en este momento no me importó, seguí acariciando su cabeza con suavidad tratando de no despertarlo, disfrutando del momento.
La realidad me golpeo de repente, trayendo consigo fragmentos de la noche anterior recordé haber estado un poco lucido, había dicho cosas que no dejaría escapar tan a la ligera.
Y nos habíamos besado, mucho, pero no habíamos ido más allá, no es que me avergüence de mis sentimientos es, pero sabía que había límites que intentaba no cruzar, al menos a la ligera.
Me recosté en la cama un poco mas, observando el rostro de Chuuya, notando cada detalle, cada línea de su rostro que, en ese momento, era pacífico, ¿Que estaría pasando por su cabeza, con esto que ocurre?
Finalmente, decidido que era hora de intentar levantarme, deslice lentamente mi brazo de debajo de él, tratando de no despertarlo, ya que ayer parecía agotado.
A pesar de mi cuidado, Chuuya se movió un poco, murmurando algo en sueños antes de acomodarse de nuevo sobre su almohada, cosa que me hizo sonreír ligeramente.
Me puse de pie y no estaba ya tan mal, miré a alrededor de la habitación, a pesar de todo, había estado aquí más de una vez en el pasado, entonces ya me era familiar.
No había estado en su habitación en mucho tiempo y al verlo ahora, despertaba recuerdos que había tratado de mantener enterrados todos estos años.
Me moví hacia la puerta, abriendola con cuidado para no hacer ruido, el silencio en el apartamento era palpable, cerré la puerta tras de mi y comence a caminar por el pasillo, mis pies descalzos haciendo eco en el suelo.
Mientras caminaba, mis pensamientos vagaron de un lado a otro, otro intento de suicido fallidos la preocupación en la cara de Chuuya, su enfado por haberme comido eso venenoso y el como no le importó traerme a su apartamento.
Llegué a la cocina, y lo primero que noté fue el plato sobre la encimera, tapado con un plato más grande, haciendo que mi estómago rugiera recordándome que no había comido en días.
Levanté el plato que cubría la comida y vi una tortilla con trozos de pavo debajo, el aroma que desprendía era suficiente para que la boca se me hiciera agua.
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Bajo el Manto del Odio
FanfictionEn la ciudad de Yokohama, donde la luz y la oscuridad se entrelazan en un constante juego de poder, donde la paz suele durar apenas unos efímeros momentos. Dazai Osamu, ahora miembro de la Agencia de Detectives Armada, y Chuuya Nakahara, ejecutivo d...