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Fortaleza roja.
[ Promesa ]

" Nunca intentes separar a mis hermanos de Visenya. "

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Rhaenyra nunca se imagino teniendo hijos, a su parecer los niños eran un tanto problemáticos y ruidosos, difíciles de controlar y que en un período de tiempo de su vida, entrando la etapa de la juventud, sus actitudes cambiantes serían constantes al igual que la rebeldía si no se les educaba bien.

Una idea espantosa para su versión joven, lo único que quería hacer era pasear en su dragón junto a su mejor amiga (de ese entonces), ver las grandes maravillas del Mar Angosto y comer pastel.

Los constantes comentarios a su alrededor sobre un matrimonio la volvían loca, al igual que la presión que tenía en sus hombros al ser la primogénita del rey y por ende, su heredera.

Un matrimonio lo dejaría pasar, ¿pero un hijo? ni loca. Había presenciado a su madre con varios embarazos y todos y cada uno de ellos terminaba fallido con la hermosa mujer encerrada en sus aposentos, deprimida por la perdida de un hijo no nacido.

Tiempo después, con la muerte de su madre en pleno parto, la idea de tener vástagos fue completamente tachada de su lista.

Rhaenyra no quería hijos.

Pero, cuando se enteró que había quedado en cinta justo después de su boda con Laenor, el terror la inundó por completo.

Las primeras lunas habían pasado con normalidad, solo un par de movimientos del bebé, antojos, entre otras cosas que los maestres aprobaban mediante su embarazo. Era estricta con sus cuidados y atenciones, puesto que la sola idea de que en un simple descuido podría perjudicar a su bebé, le causaba pánico.

Conforme el parto se acercaba, el miedo que estaba acumulándose dentro de ella fue llenando su pecho poco a poco hasta derramarse cuál líquido en copa, ahogandola en desesperación. Las constantes imágenes de su adorada madre, su funeral y el cuerpo del bebé siendo abrazados por el cálido fuego de Syrax la azotaban con firmeza cada día que pasaba. Por las noches, al intentar conciliar el sueño, no podía cerrar los ojos porque parecía encontrarse en la nada con los orbes de su madre mirándola con aquel cariño característico de ella.

Rhaenyra no quería parir.

No podía, se negaba, la sola idea de hacerlo le estremecía el cuerpo de pies a cabeza. Para poder calmar sus pensamientos leía los libros de la biblioteca para mantenerse informada de cómo sería el parto, lo que debía hacer y cuidados, al igual que consultaba a los maestres para saciar su curiosidad.

Finalmente su pesadilla se cumplió, el día del parto llegó, pero no temió.

No lo hizo cuando fue posada en la cama, no lo hizo cuando Laenor sujeto su mano, puesto que rezaba a los dioses y creía en ellos para que la ayudaran en ese proceso difícil.

Rhaenyra no quería hijos.

Pero todo cambió cuando vió a ese pequeño cuerpo siendo alzado frente a ella, toda duda y negación fue abandonada, siendo sustituida por la curiosidad y el amor.

Un enorme amor.

Rhaenyra amaba a su hija.

Amaba a Visenya, su primera hija.

















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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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▬▬▬ 𝐑𝐄𝐖𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒 | 𝐇𝐎𝐓𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora