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Llevaban más de 10 horas de vuelo, faltaban un aproximado de 3 horas y poco más, Seungmin se despertó, había estado durmiendo en el pecho del chico, hizo una mueca de disgusto

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Llevaban más de 10 horas de vuelo, faltaban un aproximado de 3 horas y poco más, Seungmin se despertó, había estado durmiendo en el pecho del chico, hizo una mueca de disgusto.

-¿Cuánto falta?- cuestionó sintiendo sus oídos tapados, las luces estaban encendidas y se levantó un tanto apenado del pecho del chico con el que había cogido porque seguía siendo un extraño.

-Ni idea, me desperté hace poco.- admitió, Kim asintió a sus palabras, desde atrás venían unas chicas con un carrito, tal vez traían la comida.

Se dio cuenta que en su mesa y en la de su compañero reposaba un pan y una botella de agua mineral, suponía que las azafatas las habían puesto ahí para ellos mientras dormían.

-Eres muy apuesto.- halagó el de rubio cenizo, Seungmin asintió.

-Gracias, ya sé.- dijo simple, haciendo una tierna mueca con sus labios, pues sentía la mirada del otro sobre sí y era un tanto extraño, bueno, no extraño, porque habían follado hace nada, pero lo sentía muy atento. -¿Tengo algo... en la cara?- cuestionó, tocando con sus manos la misma en leves toques hasta que el mayor negó con una leve sonrisa.

-Ya entiendo... porque tu profesor engañó a su mujer...- admitió y Kim le pegó el brazo sin demasiada fuerza.

-Ey, no juegues con eso, aún es muy reciente.- dijo, divertido, el tema no le dolía, sólo le molestaba, y le molestaba como la mierda, sinceramente le hacía hervir la sangre.

Mientes, sí te duele.

Porque sí le dolió, y le dolió tanto... tanto... tanto, que cree que le es incapaz sentir más al respecto, sólo siente odio, rencor verdadero hacia Bang.

Eso no quita el dolor.

Y si la vida le diera una oportunidad para devolvérsela, lo haría sin dudarlo. Ni un segundo.

Claro que lo haría.

-¿Cambiamos números?- cuestionó con una sonrisa, Seungmin hizo una mueca.

-Estoy yendo para estudiar, Jun. Voy a vivir allí, supongo que voy a cambiar mi teléfono pronto.- dijo y el mayor hizo una mueca, lo entendía.

-Eres muy inteligente o eres el mejor dándole excusas a extraños.- mencionó con una sonrisa en su agraciado rostro, Seung negó a sus palabras.

-No digas eso, sólo... soy inteligente.- se fue por la primera de las opciones dichas por el mayor entonces ambos rieron un poco.

Las horas pasaron y estaba llegando al aeropuerto, donde cuando debían abordar tomaron puertas distintas.

Kim sonrió de labios sellados antes de tomar el brazo de Junhui, en busca de su atención.

-No quiero que creas que no quiero volverte a ver.- admitió, el de nacionalidad china negó, no le daba mayor importancia, respetaba su decisión.

The secret revenge²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora