30- Cita en el barco

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Después de confirmar que había logrado hacer sentir mejor a la chica, Lewis se dirigió a las demás personas que había liberado.

—¿Dónde cree que haya más rehenes?

—Estoy seguro de que, en todos los locales llevan haciendo esto desde hace cinco días, esos malditos se atrevieron a encerrarnos y robarnos todo.

Comentó el hombre al borde del llanto, luego Lewis se puso de pie para seguir buscando a las demás personas para irlas liberando, luego sintió que alguien le tomó del brazo por detrás. Se trataba de la chica de cabello naranja.

—Disculpe, ¿Puedo ir con usted? Todos los locatarios me conocen, estoy segura de que cooperarán mejor si ven mi cara.

Lewis asintió e hicieron un equipo de rescate. Erick ya había liberado a algunos más y Eli solo se dedicó a fastidiar a los piratas enterrados.

Después de algunas horas, pudieron liberar a todas las personas, los locatarios estaban muy agradecidos con quienes les habían ayudado.

—Muchas gracias, de verdad siento no poder ofrecerles nada, todos los comerciantes estamos sin absolutamente nada, esos piratas se llevaron todo.

—Está bien, no se preocupen, ¿Hay alguna forma de conseguir provisiones? Estamos de camino a Altair.

Los locatarios se miraron unos con otros con una mirada decidida.

—Todos aquí tenemos experiencia pescando, estoy seguro de que si conseguimos un barco podemos comenzar a trabajar.

—Afortunadamente los piratas no nos robaron las mallas de pesca.

Luego la chica de cabello naranja se acercó a Lewis, con sus mejillas un poco sonrojadas.

—Disculpe, si usted y sus camaradas no tienen donde pasar la noche, pueden pasar la noche en nuestra casa, es una posada que quedó en mal estado, pero todavía conserva sus muebles.

Lewis desvió su mirada hacia Erick, ya que Eli no estaba presente.

—Muchas gracias, si no es molestia, nos quedaremos con ustedes.

Respondió Erick con una sonrisa amable, la chica se llenó de felicidad, porque podría ver a Lewis más seguido, luego se le acercó y le tomó la mano.

—¡Eso es genial! Vengan, los guiaré.

Los comerciantes comenzaron a dispersarse para ponerse manos a la obra, no querían recibir mal a las personas que les habían salvado la vida.

—¿Cómo hacen para que los peces caigan en la malla?

Preguntó a la chica de forma inocente.

"No sé porqué los peces salen por montones en esas mallas cuando la malla es visible".

Pensó para si mismo, cuando se dio cuenta, vio a la chica que se había detenido en frente de él.

—¿Quizás quieres venir a pescar también? Si es así, ¡Puedo enseñarte!

Erick se dio cuenta de que la chica se había vuelto extrañamente pegajosa con Lewis, cuando vio que Lewis le miraba esperando una respuesta, Erick se encogió de hombros.

—Es tu elección Lewis.

Respondió esperando a que aprendiera a tomar decisiones por si mismo. No estaba seguro si ir o no, pero le pareció interesante ver y aprender sobre como pescaban.

—Está bien.

Respondió a la chica, ella estaba más que feliz con esa respuesta. Acompañó a los dos a conocer la posada en donde se quedarían, mientras todos en la bahía comenzaron a poner de su parte para recuperar las pérdidas.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora