Cap. 9

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—Jughead...— Lo llamó, sin parar de observarlo. —¿Alguna vez te dije lo bonitos que son tus ojos?—

Jughead sonrió, un poco apenado. —¿De verdad piensas eso?—

Betty asintió, pero de repente su sonrisa se borró y se apartó del chico. —Yo... Creo que eso fue muy atrevido de mi parte. Perdón...

Jughead soltó una risa. —Betty, cálmate. Sólo fue un cumplido. También me gustan los tuyos—

Betty se sonrojó de inmediato. —¿Enserio?—

Jughead asintió. —Si... Me recuerdan a los aretes de diamante verde que tiene mi madre. Mi padre se lo regaló para uno de sus aniversarios—

—Que lindo— Admitió Betty con una pequeña sonrisa. —Oye... ¿Y ahora que?—

Jughead se encogió de hombros. —No lo sé. Quedan como cuatro minutos—

Betty lo miró en silencio un momento. —Me gusta estar aquí contigo. Pensé que estaría con un desconocido y por eso casi entro en pánico—

Jughead soltó una risa. —¿Un desconocido? Betty... Se supone que conocemos a todos los que están ahí afuera—

—Si... Pero no confío en casi nadie. No sé si me entiendes— Aclaró.

Jughead asintió. —-Claro que entendí. Me pasa igual—

—Creo que no somos tan diferentes después de todo— Admitió la ojiverde.

Hicieron un breve silencio y empezaron a acercarse, mirándose a los ojos. No sabían exactamente que era esa fuerza que los estaba uniendo, pero no pensaban parar.

Por un momento la mente de Betty recreó el trago amargo que pasó con Archie, pero eso sólo alimentó sus impulsos de hacer una sola cosa.

Besar a Jughead.

Se acercaron tanto que sus labios empezaron a unirse, pero Jughead se separó lentamente.

—Betty... No— Negó el ojiazul, mirándola a los ojos. —No quiero aprovecharme. Yo...

Betty le respondió tomando su rostro entre sus manos y besándolo de repente, sin él esperarlo. Pero él no se negó y continuó aquel beso.

Y fue un beso de verdad. Unieron sus labios, sus lenguas se encontraron y fue como si se desconectaran del mundo real por un momento. Algo similar al paraíso.

Pero claro, tarde o temprano el aire iría abandonando sus pulmones, por lo que se tuvieron que separar.

Se miraron a los ojos, ambos sonrojados y agitados y ahí se enfrentaron frente a frente con lo que acababan de hacer.

—Perdón... No quiero ser un atrevido— Se disculpó Jughead, apenado. —No fue mi intención. Yo...

Betty lo interrumpió con una pequeña risa. —Oye... ¿Por qué te estás disculpando? Yo te besé. Nada mal, por cierto—

Jughead sonrió levemente. —Nah... Yo pensé que tú no sabías, Cooper. ¿Hay algo que yo no sepa?—

Betty se encogió de hombros, sonrojada. —Algo de práctica en la secundaria, no mucha—

Jughead alzó una ceja con diversión. —Valla... Eso sí que no me lo esperaba. Eres una cajita de sorpresas Betty—

Se miraron con una pequeña sonrisa por un momento hasta que alguien empezó a tocar la puerta frenéticamente, asustandolos.

—¡Eran siete minutos y ya van diez! ¿¡Están cogiendo o qué!?— Preguntó Cheryl, aún tocando la puerta.

—¡Nadie está cogiendo Cheryl!— Negó Betty, acercándose a abrir la puerta del clóset, encontrándose con ella. —Perdí la cuenta—

•SÓLO POR TÍ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora