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Todo estaba yendo bien, muy bien a decir verdad

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Todo estaba yendo bien, muy bien a decir verdad.

Después de esa pequeña reunión improvisada con la madre de la omega y tener la aprobación de ésta, habían adaptado una pequeña rutina, en la cual la alfa iba a buscar a la omega todas las mañanas a su casa para ir juntas a la escuela.

Luego, la pelinegra iba a ver a la omega a sus entrenamientos antes de ir a trabajar, y en ocasiones, la rubia la pasaba a buscar al trabajo luego de los entrenamientos para irse juntas.

Justo como hoy.

──Estoy cansada, ya quiero vacaciones ──se quejó la alfa mientras ponía su cabeza en el hombro de la omega, haciendo sonreír a Sana.

──Solo quedan unas cuentas semanas y tendremos dos meses libres, puedes sobrevivir ──animó.

Tzuyu rió, aunque su sonrisa no duró mucho cuando notó que la omega actuaba algo extraño.

──¿Sucede algo, Shasha?

──E-es mi celo, se adelantó ──dijo mientras se sostenía del hombro de Tzuyu, sus piernas flaquearon y empezó a sentir la incómoda sensación de su propio líquido saliendo por su entrada.

Tzuyu abrió los ojos como plato, antes de que pudiera decir algo vió como una alfa se acercaba a ellos de manera peligrosa.

──Hueles delicioso, dulzura ──dijo intentado poner una mano en la mejilla de la omega, siendo detenida por la mano de Tzuyu.

──No la toques, es mía ──gruñó mientras apretaba con fuerza la muñeca de la alfa desconocida, sus ojos tornándose un azul intenso, su loba había salido a defender a su omega.

──¡L-lo siento! ¡Suéltame por favor! ──pidió asustada.

Tzuyu la soltó y la alfa salió corriendo de allí. Volviendo a fijar su atención a la omega, la cargó en brazos y esta se apresuró a hundir su nariz en el cuello de la alfa.

──T-Tzuyu, duele ──chilló mientras algunas lágrimas salían de sus ojos──, duele más que en los anteriores.

Tzuyu supo enseguida por qué se debía ello, ahora que sus lobas habían encontrado a sus parejas destinadas, la omega la reconocía como su alfa y por lo tanto, se estaba preparando para ella.

──Te llevaré a tu casa, ¿Tu mamá o Momo están en casa? ──le preguntó mientras caminaba apurada, gruñendo de a ratos cuando se cruzaban con algún alfa.

──N-no, mamá tiene doble turno hoy y no llega hasta mañana, Momo no está en la cuidad ──informó──. ¿Me vas a dejar sola?

Los ojitos castaños miraron con esperanzas a la alfa, Sana de verdad quería que Tzuyu se quedara.

Tzuyu no respondió y solo se apresuró a llegar a casa de Sana, al llegar le pidió las llaves a la rubia y abrió la puerta como pudo, cerró ésta misma con el pie y subió hasta la habitación de la omega, dejando su cuerpo en la cama.

Rebel OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora