31- Despedida

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—¡Vamos a subir la malla ahora Lewis, agarra de ese lado!

Camila y Lewis comenzaron a subir la malla, se había vuelto muy pesada, pero a pesar de que Camila era completamente humana, demostró que tenía mucha fuerza para poder subir esa red. Debía subirse entre dos personas para mantener una buena estabilidad.

—¡Mira esa cantidad de peces! Creo que tendrán un buen botín para llevar cuando se vayan.

Comentó la chica emocionada mientras acomodaba la malla llena de peces sobre el barco.

—¿Cómo es que los peces no se percatan de la malla?

Preguntó Lewis algo curioso.

—Es simple, son solo peces, no es que tengan mucha conciencia de su entorno, además esta especie nada en grandes cantidades.

Respondió Camila mientras abría la malla, luego vio a Lewis colocar una cara molesta, de pronto se había puesto de pie mientras miraba hacia el mar.

—¿Qué ocurre?

Preguntó un poco confundida por su reacción.

—Una grieta.

No mucho después de la respuesta de Lewis, a pocos metros de ellos, sobre un par de metros del mar, una grieta se había abierto y de ella comenzaron a emerger algunos demonios.

—¡Lewis, tenemos que huir!

Ella se apresuró a tomar los remos para nadar hacia el muelle, pero estaban un poco lejos y su velocidad no se compararía a nada a la de ellos, además, estaban demasiado cerca.

"¡No quiero morir!".

Pensó asustada cerrando los ojos, pero los abrió al escuchar a Lewis en frente de ella.

—Señorita Camila, por favor agáchese, haré lo posible para que no le hagan daño.

Camila se sorprendió al ver una faceta determinada en Lewis, ella asintió de forma apresurada y siguió la orden de Lewis, antes de darse cuenta, sintió como el barco aceleró en dirección al muelle a una gran velocidad, alguien había empujado el bote con gran fuerza sobrehumana.

Mientras ella se afirmaba para no ser empujada por el impulso, subió la vista, pero Lewis no estaba ahí. Al ver hacia el fondo, vio un lobo negro con un par de alas. Estaba atacando a los demonios que intentaban alcanzarla de una forma muy rápida.

"Acaso Lewis...".

Afortunadamente la grieta se cerró rápidamente, los demonios que salieron no eran tantos y se desviaban de Lewis para cazar toda forma de vida que estuviera cerca de ellos.

Los pocos demonios que sobrevivieron esquivando a Lewis, comenzaron a dispersarse y uno de ellos se había desviado por otra parte para atacar a Camila. Lewis dio un gran aleteo con fuerza, impulsándose hacia el demonio y arrancar su cabeza con sus colmillos antes de que pudiera llegar a ella.

Erick por otro lado, sintió la presencia de los demonios y fue volando hacia el lugar. Todavía no podía ejecutar sus hechizos de forma instantánea, pero si tenía más potencia y precisión en ellos, por lo que fue más fácil acabar a los demonios que iban buscando a las personas de la isla para devorarlas.

Por otra parte, en el muelle, Lewis redujo un poco su tamaño y fue volando hacia donde Camila.

Ella había visto algo que nunca había ocurrido, nunca vio a una persona transformarse en un demonio. Cuando vio a Lewis aún transformado subirse arriba del barco, ella lo vio con ojos aterrados, su cuerpo empezó a temblar, era normal que tuviera miedo.

El camino de un héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora