●C R I M I N A L● [Sanscest]

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Esto es para mi hermana Ana, que le gusta el fanfic así que para animarla decidí actualizar.


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En el juicio de Nightmare fue inutil que este se defendiera, incluso con un abogado corrupto que logró encontrar por ahí él sabía que estaba jodido.

Ink estuvo presente pero en todo el juicio había algo que lo inquietaba y no era saber que aquél abogado era aliado de Nightmare y tampoco era saber que la condena que recibiría fue enormemente reducida de lo que realmente merecía. Lo que le inquietaba era ver esa expresión tan calmada, como si supiera que todo iría bien al final.

Ink conocía a Nightmare desde la adolescencia, estudió con él en la secundaria al igual que Cross y Dream. No se atrevía a decir que lo conocía perfectamente pero algo que estaba seguro era que ese desquiciado nunca estaría calmado si supiera que pisaría la cárcel.

Ink lo sabía más que nadie. Nightmare preferiría morir antes que pisar la cárcel incluso si solo le dieran la sentencia más corta que pudieron darle con un poco de soborno.

— Con esto concluye el juicio.

El juez golpeó la base de madera con su pequeño martillo, haciendo que todos se levantaran y distintos flash de cámara aparezcan por la habitación. Se levantó un bullicio entre las personas del jurado y otros reporteros.

Ink se levantó, apretando los puños con fuerza mientras su mirada se cruzaba con la de Nightmare. No había visto esos ojos vacíos hace mucho tiempo.

— Ink, tranquilo.

Cross se acercó hacia su lado, mientras la gente caminaba por todo el lugar para salir de la sala y los oficiales de policía llevaban del brazo al recién sentenciado.

— Podemos solicitar otro juicio en unos meses, al menos ya está capturado. Es cuestión de tiempo para hallar a los otros y por fin terminaremos con todo esto.

Ink no miraba a su jefe, seguía con sus ojos puestos sobre el otro azabache que era escoltado hacia la salida mientras diferentes periodistas y cámaras buscaban acorralarlo para las nuevas noticias de la mañana.

— Él está demasiado tranquilo. —susurró el peliblanco— Cross ¿Acaso no lo ves? Es como si no le importara.

— Está así porque piensa que se salió con la suya recibiendo una condena corta. Ink, no importa cómo se sienta. Lo tenemos.

— Eres tan tonto que no lo ves. —el contrario frunció el ceño ante las palabras del detective— Lo conocemos desde hace años. Él nunca estaría así de tranquilo, no importa si pasa varios años en la cárcel o solo un día. Él debería estar aterrado.

Estaba claro en los ojos de Comyet que estaba perdiendo la cabeza, pues para él las cosas estaban tan claras como el agua y que Cross no se diera cuenta le frustraba. Siempre odió que las personas no pensaran como él, porque si hubiera sido así todo sería más fácil.

— Necesitan aumentar la seguridad. —habló nuevamente— Él no va a permitirse pisar la cárcel, va a querer escapar y necesitas enviar más patrullas. ¡Puedes hacer que lo lleven en avión!-

— ¿Te has mirado al espejo estos días? —Cross detuvo la habladuría de su detective de inmediato— Este caso te consume, estás perdiendo la cabeza y peor aún estás olvidando para quién trabajas. ¿Piensas que no sé que él intentará escapar? Es obvio, pero seré YO quien se encargue de eso.

El tono de voz que estaba usando su jefe no le gustaba a Ink, era como si fuera altanero pero tal vez solo sea el estrés. Si se ponía a pensar con paciencia, él mismo aceptaría que podía ser un dolor de cabeza a veces.