Sinopsis

64 7 1
                                    

La federación japonesa está decidida a crear un jugador con una sed de gol única, alguien "egoísta" con el balón, un jugador que pueda ser capaz de dar la vuelta a un partido que está por perderse. Y para ello reúnen a 300 de las mejores jóvenes promesas de Japón. ¿Quién resultará el elegido como futuro líder del equipo? ¿Quién será capaz de plantar cara con su fuerza y su ego a cualquiera que se ponga en su camino? ¿Quién será ese jugador más egoísta que nadie?

Puede que el egoísmo formara parte de la idea principal sobre la cual se fundó Blue Lock pero la razón que me trajo aquí fue otra muy diferente; culpa.

Un accidente desafortunado llevo a mi hermano mayor a esta en rehabilitación por al menos ocho meses, un accidente del cual fui responsable, usando eso en mi contra termine ofreciéndome para tomar su lugar en esa patética invitación a formar parte del proyecto Blue Lock, es así como termine con 299 chicos de Preparatoria, confinada a jugar futbol, en este horrible lugar mientras finjo ser uno de ellos.

Nada demasiado complicado, solo por el insignificante detalle de que... Soy Mujer, ah y por supuesto... ¡una Omega!

Aunque el futbol se había vuelto una parte importante de mi vida, todo eso cambio cuando mi segundo género se revelo, esperaba que esto fuera lo que tanto había buscado, creí haberlo encontrado, todo eso cambio en un instante. Un error, me aparto de mi vida dejándome en la oscuridad, fue cuando creí que esto sería otra buena oportunidad.

Todo iba bien hasta que me confié, no esperaba que un grupo de temperamentales, idiotas y obsesivos con una pelota descubriera que no era uno de ellos, mucho menos aquel prodigio que tanto aborrecía; fue esa clase de odio instantáneo que aparece con solo ver la cara de una persona y ahora esos mismos ojos no dejaban de seguirme, acosándome, vigilando cada uno de mis movimientos y su inexpresivo rostro ahora se torcía en burla.

Maldito seas, Itoshi Rin.

Una apuesta perdida y un pago a cambio de un secreto.

Solo contaba el tiempo para que aquella prisión finalmente abriera sus puertas dejándome volver a mi vida cotidiana y ceder mí puesto a quien naturalmente le correspondía, no calcule que aquella noche me atraparía para siempre en sus garras. 

Te EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora