Han Jisung, un omega con un delicado aroma a lirios y frambuesas, está harto del constante acoso de alfas que no lo dejan en paz. Decidido a poner fin a esto, busca una pareja que lo proteja de tanta atención no deseada.
En medio de su búsqueda, con...
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La idea conseguir una pareja burbujeó por casi una semana en la mente de Jisung.
Estaba harto de su día a día y cada vez estaba más cansado que ni siquiera ocupaba pastillas para dormir, lo hacía por la tarde y la noche. Pero tampoco podía ir por la vida preguntándole a cualquiera si quería ser su pareja de forma temporal solo para que los alfas no se le acercaran de más.
—Felix me pidió irle a dejar al trabajo, ¿quieres venir? —preguntó Seungmin, con el celular en mano. Iban saliendo de su última clase, la cual era la única que compartían.
—No puedo, Jiwon me invitó a comer —respondió el omega con un deje de incomodidad.
Su olor amargo le delató por completo. Solo de pensarlo se ponía tenso ante la idea de un almuerzo con la alfa. En sus planes, no estaba pasar la tarde con ella, menos salir en una cita.
Él había planeado ir a casa temprano y terminar un par de trabajos que tenía atrasados, luego ver una película o escuchar música mientras limpiaba su cuarto. Pero justo cuando estaba por entrar a clases, ella había llamado para decirle que lo esperaría para ir a comer, ni siquiera preguntó si quería ir o no, solo colgó la llamada y le dejó con las palabras en la boca.
Jisung soltó suspiro solo de recordarlo, ni siquiera le había dejado hablar.
—¿Y la mueca por? —preguntó Seungmin.
—Escuché... cosas.
—¿Qué cosas?
—Le dijo a uno de sus amigos que planea "declarar sus sentimientos" hacia mí —susurró él, Seungmin asintió, rodando los ojos.
Tuvo que haberlo visto venir. La alfa había estado demasiado atenta últimamente y Seungmin sabía que ella había impregnado su aroma en Jisung un par de veces más de lo que el omega hubiese querido. No eran tan cercanos como para que eso fuera normal o siquiera aceptable.
Ella era una buena persona, pero el beta sabía que Jisung solo le veía como una amiga.
—Y no quieres dejarle plantada —señaló Seungmin. No pudo evitar sentirse algo molesto al saber que Jisung había escuchado sobre las intenciones de la alfa, ya que eso significaba que ella creía tener una oportunidad y por ello lo había dicho en voz alta por los pasillos de la facultad.
Y si Jisung lo había escuchado de su propia boca, era obvio que más personas lo habían hecho de forma inevitable.
—No... pero estoy cansado de esto. Sería la cuarta vez que tengo que rechazar a alguien en lo que va del mes.
—¿Cuarta? —preguntó el beta, guardando su celular.
—Sí. Un beta y dos alfas —susurró Jisung con un deje de tristeza.
