X - Jugada Ganadora

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La luz entraba filtrada por las cortinas blancas, iluminando la pequeña mesa de la habitación.

Era jaque mate en tres movimientos. Seija buscaba alguna salida, pero era bastante claro que el juego ya había terminado y aceptó su derrota. Su oponente jugaba desde su cama, recostada mirando hacia el tablero.

-Buen juego. - dijo Shikaki.

-No sé si tanto, sentí que estaba jugando desde atrás toda la partida. - le respondió con un suspiro.

-Yo creo que perdiste cuando quitaste tu dama de la casilla b8.

Seija se cruzó de brazos y lo meditó un poco.

-No, yo creo que esa fue una buena jugada. Necesitaba defenderme de tu ataque sobre la diagonal principal.

-Ese ataque no iba a funcionar si lograbas desafiarme en mi territorio. Mi rey estaba en una mala casilla.- dijo y bostezó. - Aun así eres mejor que mi padre, él odia el ajedrez. Yo odio el shogi. Por eso jugamos al Go, así ambos somos miserables.

Volvió a envolverse en su acolchado como si fuera a dormir una siesta. Al ver a su amigo aún decaído, continuó.

 -Pero sí, tu no tomas riesgos incluso cuando te son ventajosos. Tu juegas a no perder. La ironía es que jugar así garantiza que pierdas. ¿Jugamos otro?

-Lo siento, pero debo entrenar para el examen de academia. No quiero ser un fracaso.

Shikaki se sentó finalmente y lo miró con algo de bronca y la boca en trompa.

-Eres un fastidio cuando te pones en ese modo, ¿lo sabes?

Seija sonrió.

-Sí, ya me lo has dicho varias veces.


Fue un milagro que haya podido huir. Estaba a una cueva a unos dos kilómetros del cementerio, donde la lluvia no lo podía tocar. Sarada seguía recostada con los ojos cerrados. Boruto de a poco podía mover sus brazos, pero le era muy difícil. Seija estaba agotado por cargarlos a ambos, la espalda lo mataba.

-¡No te muevas, Boruto! Necesito que guardes tus energías.

Había lanzado una serie de bombas de humo para ocultar su salida de escape y usó unos kunai explosivos para generar distracciones. Su enemigo era fuerte, muy fuerte. Eso no debería haber funcionado... ¿fue realmente un milagro o había algo más sucediendo? Se sentía como si lo hubiera dejado escapar. Su mente recorría posibilidades como un árbol cuyas ramas se iban bifurcando cada vez más.

-S-seija. Llevate a Sarada y huye. Él tipo sólo me quería a mí, no tiene sentido que mueran. Es cuestión de tiempo hasta que nos encuentre.

-Boruto, si salgo, Kawaki nos podrá detectar con su lluvia. Creo que no nos pudo seguir porque estaba cansado y desorientado cuando hice mi escapada por los ataques que tu y Sarada le hicieron. Pero no puedo garantizar que eso sea así en este momento, tal vez ya se recuperó por completo. El aguante de ese tipo es temible.

La lluvia seguía cayendo. Sabía que había eliminado su rastro, su maestro no llegaría antes que su enemigo. Era el fin, ¿no? Al menos podía pasar sus últimos momentos con Boruto y Sarada. No, tenía que pensar en algo. 

Vigilaba la entrada de la cueva, oculto detrás de una roca. Sus compañeros detrás suyo. No se le ocurría nada, no tenía oportunidad contra Kawaki. Pero tal vez sí había una jugada que tenía disponible.

Una voz grave y ronca detrás suyo.

-Seija, en serio. Llévate a Sarada y huyan. No mueran por mí.  Quiero alguien que le diga a mi padre lo bien que luché - dijo forzando una sonrisa, por su amigo. -A mi madre que la quiero mucho. A Himawari que será una gran shinobi algún día. Y... a Suno... no sé, que no sea tan raro. - se frenó, le cayeron unas lágrimas. -Mejor, dile que lo siento por no haber sido un mejor hermano. - se paró con inmensa dificultad, con el cuerpo temblando y le mostró el puño.

Boruto Alt: Una Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora