AVENGER 2.0

Grandes poderes conllevan grandes consecuencias

Izuku: Hablando normal

Izuku: -- En llamada/telepatía/mensajes --

Izuku: *Pensando*

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Habían pasado varios días desde aquel primer encuentro entre Izuku y la enigmática ladrona conocida como "Black Cat". Lo que comenzó como un cruce de caminos por mera suerte, pronto se transformó en una serie de encuentros frecuentes, muchos de ellos culminando en pequeñas peleas. Izuku, consciente de la diferencia en habilidades y experiencia, solía dejar que Felicia ganara. Aunque sus enfrentamientos eran breves y a menudo tensos, en el fondo, Izuku no buscaba derrotarla, sino entenderla. Cada gesto, cada palabra, y la manera en que a veces parecía dudar, le revelaban que detrás de la máscara y la actitud despreocupada de Black Cat, había mucho más. Felicia Hardy, la chica con la que compartía turnos en el café, no era simplemente una ladrona; era una persona con una historia compleja, una vida que, quizás, la había empujado a tomar decisiones equivocadas. Esto lo preocupaba profundamente.

Cada vez que Felicia se deslizaba por las sombras de la noche como Black Cat, Izuku estaba allí, vigilante, siguiéndola desde la distancia, asegurándose de que no se metiera en un problema del que no pudiera salir. Para él, no se trataba simplemente de una batalla de voluntades entre el héroe y la ladrona; era un intento de salvar a alguien que, en su corazón, estaba convencido de que aún tenía la oportunidad de redimirse. La vida de Felicia no tenía por qué estar atrapada en un ciclo interminable de crimen y peligro constante.

Izuku, bajo la identidad de "Deku", había intentado hablar con ella en varias ocasiones, tratando de convencerla de que dejara atrás esa vida. Pero "Black Cat" era terca, siempre con una respuesta ingeniosa y una sonrisa juguetona que ocultaba la tormenta interna que probablemente ni ella misma quería enfrentar. Sin embargo, a medida que pasaba más tiempo con ella en el café, donde ambos trabajaban, Izuku comenzó a ver más allá de la fachada. Las conversaciones durante los turnos compartidos se volvían cada vez más profundas, menos superficiales. Felicia hablaba de sus sueños, de cómo deseaba ver el mundo, de las cosas que anhelaba, pero que siempre parecían fuera de su alcance. Izuku la escuchaba atentamente, convencido cada vez más de que Felicia era una buena persona, atrapada en circunstancias que la habían llevado a tomar decisiones difíciles.

Había momentos en los que Izuku, sin darse cuenta, la observaba mientras trabajaba. Notaba cómo sus ojos brillaban cuando sonreía genuinamente, cómo sus movimientos eran elegantes y fluidos, incluso en la rutina del café. Había una vulnerabilidad en Felicia que lo enternecía, un deseo profundo de protegerla y ayudarla a encontrar su verdadero camino. Pero también comprendía que la vida que Felicia había elegido, o tal vez la vida que la había elegido a ella, no era fácil de abandonar.

Izuku seguía intentando, buscando el momento oportuno para hablar con ella en la luz del día como su "Senpai" en el café, y tratando de hacerla cambiar de vida en las sombras de la noche como "Deku". Era una dualidad complicada, pero él creía firmemente en ella, en la Felicia que conocía en el café, más allá de la máscara de Black Cat. A pesar de que Felicia rara vez admitía sus miedos o deseos de cambio, Izuku sentía que, poco a poco, estaba logrando atravesar la armadura que se había construido a lo largo de los años.

Felicia aún no estaba lista para dejarlo todo atrás, para abandonar la adrenalina y la emoción que le daba su vida como Black Cat. Pero Izuku no se rendiría. Sabía que, en el fondo, había una parte de ella que también deseaba cambiar, que anhelaba una vida diferente. Y mientras hubiera una chispa de esperanza, él estaría allí, cuidándola, protegiéndola, y recordándole que siempre hay una segunda oportunidad para quienes están dispuestos a buscarla. Izuku, con su determinación inquebrantable, estaba decidido a ser esa luz en la oscuridad que Felicia necesitaba, sin importar cuánto tiempo le tomara.