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Capítulo 4

“ Primera pelea ”

❦Pov: Omnisciente

Corrección final ✔

Su enfado no disminuyó en lo más mínimo.  A lo largo de su vida, había conocido a todo tipos de personas, quizás peores o iguales; pero había algo que hacia que se gane su desprecio. Era por el enorme parecido que tenía con esa mujer. Usagi sabía cuán ególatra era Black; sin duda ese hombre poseía un ego elevado, lo confirmó el primer día, cuando ella escuchó la forma en que él habló de ella. Por supuesto que le enojó. Pero no podía hacer nada más que vigilarlo y salvo en el entrenamiento; era cuando ella tenía el control sobre él y ¡por supuesto que lo hacia entrenar hasta que ya no resista! Su irracionalidad era tal que en ocasiones se sintió culpable por involucrar un sentimiento, el resentimiento.

Usagi suspiro, queriendo deshacerse de ese enojo. Le enojó que la llamara títere y hermosa; en especial en la forma burlona que lo dijo.

«¡¿Quién rayos se cree ese hombre?! —pensó ella —. ¿Qué gana burlándose de mí de esa forma? Maldito ególatra».

Ella apretó su puño fuertemente, descargando todo rencor en su propia fuerza. Ocasionando que su mano empezara a sangrar, minimizando aquel dolor, por otro más, reprimiendolo en lo más profundo.

Usagi se vio interrumpida por el llamado de Deuz, por la telepatía, siendo un intruso en su mente. Detestaba que él hiciera eso, pero era la única manera que se podía comunicar con ellos, ya que no era capaz de moverse de ese trono de piedra.

Ella se dirigió, manteniendo una postura firme, sin pensar en lo que sucedió a noche. Cuando ella llegó a la sala, se percató que los tres ya estaban. Usagi ignoró la presencia de Black, y él trazó una sonrisa burlona ante aquel comportamiento.

—Eres un ser careciente de toda inmadurez, Usagi—masculló, para cruzar sus brazos y mirar con desdén a Deuz.

Deuz dirigió su mirada hacia Usagi, desde grandes alturas, dejando con ansiedad interna a la rubia.

—Ha comenzado.

Con aquella simple palabra, la mente de Usagi se convirtió en un caos, logrando romper su postura seria. Shallot, Kisaragi y Black estaban desconcertados, era algo que sólo ella y Deuz entendían. Su rostro permaneció inmutable, sin un ápice de preocupación, a pesar de la gravedad de la situación. Quiso replicar esa misma calma, pero le fue imposible.

—¿Hace cuánto? ¿En dónde? —interrogó, procurando esconder su nerviosismo.

—En tu universo, el planeta Namek. El número de habitantes va disminuyendo —le informó, con una voz tranquila.

Usagi desconocía el nombre del planeta; era la primera vez que lo escuchaba, pero aún así, quiso ir de inmediato. Apretando más su mano herida por su apretón que ella misma se provocó, haciendo notable la herida de su mano.

—¿Usagi estás bien? Tu mano está sangrando—inquirió Kisaragi, curiosa, pero fue ignorada.

—Iré enseguida. Necesito resolver esto por mi propia cuenta, quiero que esta sea mi pelea —dijo, con resentimiento guardado.

Deuz negó con la cabeza, ocasionando que la rubia frunciera el ceño, enojada. Él evadió los reclamos de Usagi y esta vez, dirigió su mirada a Black. El hombre sabía que intenciones tenía Deuz, no le molestó, al contrario, pensó que sería un buen reto; después de todo quería salir de este odioso lugar.

Destinos y sueños rotos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora